(Ilustración: Antonio Tarazona)
(Ilustración: Antonio Tarazona)

No todo es color de rosa en los . La misma continuidad que ha sido una bendición para la renta variable se está convirtiendo en un dolor de cabeza para la renta fija. La persistente subida en el nivel de tasas está causando estragos en las valorizaciones de los instrumentos de deuda en el mundo y, eventualmente, podría también significar problemas para la renta variable.

Vamos por partes. Subidas en los niveles de tasas de interés pueden ser causadas por buenas y por malas razones. En el caso de , la buena razón es la misma que ha impulsado a los mercados accionarios: crecimiento económico sincronizado. El problema es que este mayor crecimiento genera efectos colaterales que no son bienvenidos por la renta fija. Entre ellos, la aparición de brotes inflacionarios y el inicio del proceso de retiro de estímulo monetario por parte de los bancos centrales.

El departamento del Tesoro dijo el 31 de enero que en los próximos meses aumentarán el nivel de emisiones de deuda del Gobierno en todos los plazos. Se estima que para el año fiscal que concluye el 30 de setiembre, el Gobierno habrá emitido US$955 mil millones, comparado con los US$519 mil millones del año anterior. El diferencial servirá para cubrir el déficit que crearán los recortes fiscales.

Esto nos lleva a la razón mala, que podría explicar por qué las tasas han subido lo suficiente para consagrar a este enero como el peor mes para los ‘treasuries’ estadounidenses desde enero del 2009 (cuando el Gobierno de EE.UU. se preparaba para salir de la recesión del 2007-08). ¿No será que la subida de tasas de interés refleja las preocupaciones del mercado por el déficit fiscal que en EE.UU. se acercaría al 5%, nivel sin precedentes para una economía que opera en pleno empleo? En el supuesto negado de que los recortes tributarios generarán un mayor crecimiento económico en el corto plazo (frase clave: corto plazo), en el mundo no hay lonche gratis. En el futuro, la factura que está generando el creciente déficit fiscal se tendrá que pagar a través de un frenazo en la economía ocasionado por mayores tasas de interés. Tanto el sector corporativo como las personas pagarán los platitos rotos al ver sus costos financieros incrementarse significativamente.

Para algunos participantes de mercado como Bill Gross, el legendario Bond King fundador de Pimco y ahora en Janus Capital, estaríamos presenciando el inicio de la reversión del ‘bull market’ de los ‘treasuries’ americanos: un ‘bull market’ que duró 40 años. Si estuviese en lo cierto, las tasas tienen un trecho muy largo por subir, porque aun reconociendo que el ritmo de las subidas se acentuó en enero, las tasas de interés vienen de un nivel tan bajo que en la comparación histórica, los niveles actuales permanecen por debajo del promedio de los últimos 40 años. Mientras más altas sean las tasas, más atractivo se vuelve para los inversionistas vender renta variable y comprar renta fija. En efecto, si el bono del Tesoro a 10 años me paga 2%, no me interesa invertir en él, pero si pagara 3%, 3,5% o 4%, puede ser un activo atractivo para un inversor conservador.

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