(Foto: El Comercio)
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Se cumplen 26 años del cierre del Banco Agrario y la historia del fantasma de la liquidación ahora persigue a su heredero, , que, con una cartera morosa de S/950 millones y varios (serios) problemas, se encuentra hoy en una situación crítica.

De acuerdo con la información proporcionada la semana pasada por la entidad estatal -que se creó con el propósito de otorgar créditos a pequeños agricultores sin acceso a la banca comercial- el 49% de la cartera morosa está conformada por créditos a 33 empresas no minoristas, y al 2017 las pérdidas del banco fueron de S/340 millones, a la vez que los subsidios implícitos sumaron S/150 millones.

La presidenta de Agrobanco, Jane Montero, luego de llevar a cabo una investigación interna que resultó en dos denuncias penales contra ex funcionarios: la primera, contra 16 ex altos funcionarios, incluyendo gerentes y miembros del directorio por vulneración del estatuto (en el 2013 se incrementó el porcentaje que restringía el volumen de préstamos a clientes no minoristas de 3% a 20%), y la segunda, contra ex funcionarios de las sedes de Agrobanco en Bagua, Yurimaguas, Arequipa y La Libertad.

La titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), , negó los rumores de liquidación de la entidad y señaló que el MEF podrá realizar un aporte de S/450 millones adicionales para provisionar sus créditos.

EL ORIGEN
La jefa de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Socorro Heysen, explicó ante la Comisión de Fiscalización del Congreso que la crisis de la entidad empezó a gestarse en el 2012, luego de ser aprobada la ley de presupuesto de dicho año fiscal.
“A partir de ese momento, el banco fue capaz de endeudarse con la sola aprobación de su directorio. Esto posibilitó que se endeude por diez veces su patrimonio, sin ningún proceso de autorización; ni de la SBS ni del MEF”, comentó.

Sin embargo, Lucila Quintana, ex miembro del directorio de Agrobanco en el período 2012-2014, afirmó que toda decisión se tomó en base a estudios previos que luego fueron aprobados por las gerencias internas.

“Nosotros solo éramos los directores, no los funcionarios. Como directorio, no era viable analizar a detalle cada crédito que quisiéramos otorgar”, afirmó Quintana.

De igual manera, Hugo Wiener, ex presidente del directorio de Agrobanco en el período 2011-2014, resaltó que existen actas de supervisión de la SBS hacia la entidad.

“Todos los años que estuve, la SBS fue a supervisar. Deduzco que debe haber actas en el 2015 y 2016. El directorio no tenía un tratamiento especial”, afirmó Wiener.

Al respecto, Milton von Hesse, quien fue ministro de Agricultura entre los años 2012-2014, sostuvo a El Comercio que durante su mandato no recibió ninguna señal de alerta de parte de la SBS o alguna otra institución por la situación del banco.

Para Wiener, los problemas empezaron en la gestión posterior a la suya, con Enrique Díaz a la cabeza, en la cual se acumularon las deudas; y terminaron por estallar en la gestión de Richard Hale (entre setiembre del 2016 y noviembre del 2017).

“Hale se dedicó a crear pánico financiero. Ahuyentó a los inversores y ocasionó que los deudores ya no pagaran a una entidad que, en teoría, estaba pronta a quebrar. Además, entregó un montón de créditos a empresas de alto riesgo”, dijo.

Al respecto, Hale negó rotundamente lo señalado por Wiener y agregó que, en su gestión, se estuvo en perfecta conversación con los prestamistas y, de otro lado, se frenaron los créditos otorgados a grandes empresas. “Están invitando a la confusión”, anotó.

“Si es que ha habido una corrida [de inversionistas] debe haber sido después de que salimos”, detalló Hale.

Sobre su renuncia a la presidencia de Agrobanco, comentó que “se hicieron [al Ejecutivo] algunas propuestas para corregir la situación que no fueron consideradas”.

Enrique Díaz, quien presidió la entidad entre el 2014 y el 2016, comentó a este Diario que la estrategia de su gestión fue apuntar a tener un banco verde, con una buena reputación en el exterior para abaratar costos y mejorar los créditos. Dicho trabajo, argumentó, no fue considerado por quienes lo sucedieron.

“No hay que leer con un ojo abierto y el otro cerrado. Nosotros no somos ningunos improvisados”, afirmó.

CRÉDITOS Y SUBSIDIOS
Información oficial de la SBS confirma que a partir del 2013, Agrobanco empezó una agresiva negociación de préstamos con acreedores del exterior. Ello se tradujo en abundancia de liquidez que debía ser colocada.

“El directorio [de Agrobanco] decidió dar créditos a medianos agricultores, pues es más rápido colocar fondos líquidos con créditos grandes que con pequeños. Ahí empezó a desviarse el foco de la entidad”, advirtió Heysen.

Es importante tener en cuenta que el crédito agrícola es generalmente complejo de otorgar. Además de la información previa sobre el perfil de la empresa, exige una exhaustiva supervisión antes y durante el desembolso.

En esa línea, requiere de una suma importante de inversión, pues, con frecuencia, las inspecciones se realizan en campos en el interior del país. Ello explica que las cajas municipales y entidades financieras comerciales cobren tasas de interés de alrededor del 35%, explicó Heysen; mientras que en Agrobanco este porcentaje se reduce al 19%.

“Esto termina exigiendo un subsidio del crédito, lo que finalmente se refleja en las pérdidas de patrimonio que estamos viendo”, subrayó.

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