"Generación de empleo juvenil: ¿por qué tanta resistencia?", por Germán Lora

Qué opinaría usted si un centro comercial o un supermercado de la ciudad donde vive le ofreciera asumir el costo del estacionamiento en caso realizara una compra formal en el mismo. ¿Estaría usted de acuerdo?

Bueno, salvando las diferencias, así funciona el incentivo recogido en el proyecto de ley 1104-2016 para la contratación de jóvenes. En efecto, el referido proyecto propone asumir el costo de la seguridad social en salud –actualmente a cargo de la entidad empleadora– siempre que esta contrate formalmente a un joven en su planilla, otorgándole todos los beneficios laborales y de seguridad social.

Sin embargo, han pasado casi ocho meses y más de 15 sesiones de la Comisión de Trabajo desde que el Poder Ejecutivo presentó al Congreso de la República el proyecto de ley para el incentivo de la contratación de jóvenes, cuya única finalidad es la generación de empleo formal para trabajadores entre 18 y 29 años, sin que el mismo sea analizado y discutido seriamente.

Solo para recordar. En el Perú existen más de ocho millones de jóvenes en edad de trabajar, de los cuales aproximadamente 4,5 millones se encuentran ocupados y 420 mil no consiguen trabajo a pesar de que lo buscan; es decir, el desempleo en jóvenes se encuentra alrededor del 8,4%, casi cuatro veces más que el desempleo en adultos. Asimismo, dentro de los 4,5 millones de jóvenes que trabajan, el 80% lo hace de manera informal; sin acceso a los beneficios laborales ni a la seguridad social.

No entendemos el porqué de tanta oposición a una norma que no afecta ningún derecho laboral de los jóvenes, quienes –conforme lo señalado por el propio proyecto de ley– tendrían derecho a: (i) todos los beneficios laborales de un trabajador del régimen laboral de la actividad privada; (ii) 30 días de vacaciones remuneradas; (iii) participación en las utilidades de la empresa; y (iv) protección social tanto en salud como pensiones.

Vemos con mucha sorpresa que algunos sectores alertan que en la última sesión ordinaria de la Comisión de Trabajo, el 17 de octubre, se haya puesto en agenda el dictamen del proyecto de ley, argumentando que no ha pasado por el Consejo Nacional del Trabajo y Promoción del Empleo y que el mismo se quiere aprobar entre gallos y medianoche. A ellos les recuerdo que el fomento de la contratación formal de jóvenes no puede esperar más, sumado al hecho de que no estamos ante una norma que modifica la legislación laboral.

Otro de los cuestionamientos que se le hace al proyecto de ley es que el mismo estaría dirigido a beneficiar a las grandes empresas.

Claramente este enfoque es equivocado, principalmente por dos razones. Primero, la norma no realiza ninguna distinción respecto al tamaño de empresa. Segundo, porque se olvidan de que las grandes empresas son las que generan el mayor número de puestos de trabajo y son las que pueden brindar la capacitación que exigen a favor de los jóvenes. Finalmente, sería bueno preguntarles a los jóvenes en qué tipo de empresas quieren trabajar y no decidir por ellos.

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