
El politólogo estadounidense conversó con El Comercio lo que llama “G-Zero”, un mundo en el que ningún país tiene influencia política o económica para impulsar una agneda internacional. Considera que nos encontramos en una recesión geopolítica, y ahonda en el rol de Donald Trump en esta nueva realidad.
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¿Qué prueba que vivimos en un mundo G-Zero? Es un término que usted utiliza para referirse a un mundo en el que ningún país o grupo de países tiene influencia política y económica para impulsar una agenda internacional o proporcionar bienes públicos mundiales.
Hay tres cosas que lo demuestran. La tercera es que cuando se derrumbó la Unión Soviética, los rusos no estaban integrados en Occidente, ni en al G7, ni en la OTAN, ni a la Unión Europea. Por eso, culpan a Occidente, culpan a Estados Unidos (EE.UU.) y quieren destruir el orden mundial liderado por EE.UU. Sus principales aliados son Corea del Norte e Irán, actores del caos en la escena mundial. La segunda es que China fue incorporada al orden mundial, se integró en la economía mundial con la presunción de que, a medida que se hicieran más ricos y poderosos, alinearían más sus sistemas con los de Estados Unidos. Además, se reformarían política y económicamente para ser actores más responsables y partidarios del Estado de Derecho, por ejemplo, y apoyar una economía de libre mercado. Hoy son el segundo país más poderoso del mundo, son mucho más ricos, son una economía de renta media, son el principal acreedor del sur global. Pero, siguen siendo autoritarios, capitalistas de Estado. Podría decirse que han consolidado más poder en torno a XI Jinping en los últimos diez años, y Occidente y Estados Unidos están muy descontentos con este último punto. Y, lo primero, lo más importante, es que muchos de los ciudadanos estadounidenses creían cada vez más que su propio orden no les beneficiaba, no confiaban en la legitimidad de sus propios líderes políticos, mediáticos, empresariales y financieros. Y así, se mostraron en contra de la disposición de seguridad colectiva de los EE.UU., contra las instituciones multilaterales dirigidas por EE.UU. que defienden las economías de libre mercado, el libre comercio y el Estado de Derecho. Se volvieron contra la promoción de la democracia en todo el mundo. Y eso, tal y como se ha manifestado en el segundo mandato de un Donald Trump extremadamente poderoso como presidente, ha llevado a que EE.UU hoy deschaga su propio orden global y muestra una actuación mucho más transaccional en el escenario global. Estamos volviendo a la ley de la selva en la que los ricos y poderosos hacen lo que quieren y los débiles tendrán que sufrir lo que les toque.
¿Está gestionando Donald Trump EE.UU. como si fuera su CEO?
Si está gestionando como un CEO, está gestionando como un CEO de una empresa en crisis, porque no es un administrador que piense en el largo plazo de una gran multinacional estadounidense que existe desde hace 100 años y se la cederá a otro para que viva otros 100 años más. Habla en su entorno privado del poco tiempo que tiene y de los cambios que necesita hacer. Es más un líder revolucionario en su propia casa que intenta deshacer todos los controles y equilibrios de la autoridad en EE.UU.; intenta remodelar la forma en que el gobierno y la gobernanza en EE.UU. se ejecutan en el ámbito nacional, así como quién está a cargo de ellos y quiénes son las personas empleadas por el gobierno e internacionalmente. También, Trump se muestra como negociador si eres poderoso. Si eres débil, no es transaccional, es un depredador. No le interesa hacer un trato que beneficie a ambas partes, le interesa hacer un trato que le beneficie a él. Tienes que aceptar ese trato, pues de lo contrario estarás en un gran problema. Eso no es transaccional. Si preguntas a los canadienses, a los panameños, a los daneses o a los ucranianos, “¿es Trump un negociador transaccional?” Dirían que no. Creo que la analogía de que es como un CEO puede inducir a un error hasta cierto punto.

Entonces, EE.UU. no sigue liderando el orden mundial.
No, no lo creo. Cada vez más, no existe un orden mundial. Más bien, creo que existe una anarquía más global. EE.UU. acudió el lunes a Naciones Unidas y apoyó de una resolución por la que los rusos, los norcoreanos, los sirios, los iraníes y los bielorrusos votaron a favor. Se mostró en contra de una resolución ucraniana. La principal diferencia fue que la resolución ucraniana tiene la integridad territorial como componente central, y la resolución estadounidense no. Ahora, el valor más importante y fundacional de EE.UU. al liderar el orden mundial de la posguerra y crear las Naciones Unidas fue la integridad territorial. EE.UU. tardó mucho en involucrarse en la Segunda Guerra Mundial. El movimiento ‘America First’ que comenzó con Charles Lindbergh consistía en no meter a EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, porque no era su lucha, pero los japoneses atacaron Pearl Harbor y los americanos dijeron “tenemos que hacer algo”. Se pelearon, apoyaron a los europeos. Afortunadamente, los nazis fueron derrotados. En aquel entonces podíamos hablar de un orden mundial liderado por EE.UU. con valores comunes. Si EE.UU. está deshaciendo su compromiso con la integridad territorial y en su lugar dice “necesitamos Groenlandia” o “podemos tomar el Canal de Panamá”, y los rusos ocupan Ucrania ilegalmente y se la quedan, y los chinos siguen tomando más territorio en el Mar de China Meridional, supongo que pueden salirse con la suya. Ese es un orden que no está siendo dirigido, eso es un mundo G-Zero, una recesión geopolítica. Eso es lo que está ocurriendo ahora. Hay muchos países poderosos, hay ganadores y perdedores. Trump es un ganador, pero, ¿es un líder? No creo que mucha gente considere a Trump un líder, lo consideran un ganador. Un líder es alguien que intenta unir a la gente.
"Trump se muestra como negociador si eres poderoso. Si eres débil, no es transaccional, es un depredador".
Y en este contexto, ¿dónde queda la democracia?
La democracia no va muy bien ahora mismo. Acabamos de celebrar elecciones en mi país (EE.UU.) y hemos tenido muchas elecciones en todo el mundo. La mayoría de la gente no votó por la democracia, votó por la inmigración, el aborto y la inflación. Algunas personas votaron por Gaza. La gente que asegura que la democracia es importante para ellos, en su mayoría, votó por Trump. ¿Por qué? Porque Trump fue la persona que no apoyó una transferencia de poder libre y justa después de perder las elecciones hace cuatro años. Además, fue responsable de los trágicos sucesos del 6 de enero. Esas personas que aseguraron que la democracia les importaba pero que votaron por Trump creen que EE.UU. ya no es una democracia. Creen que EE.UU. ha sido tan capturado por intereses especiales y por personas poderosas y ricas, e instituciones cercanas al poder, y que el estadounidense promedio ya no se beneficia de su gobierno. El estadounidense promedio no cree que sus dirigentes se preocupen por él. Si el país más poderoso del mundo ha elegido a alguien a quien no le importa la democracia ni el Estado de Derecho, el segundo país más poderoso del mundo es una dictadura, si EE.UU. está tirando a sus aliados democráticos en Europa debajo de un bus tratando de hacer un trato con Rusia –que es una dictadura–, y está apoyando a la AfD en Europa, que es uno de los movimientos más antidemocráticos del mundo – un movimiento neonazi–, entonces preguntarse si la democracia tiene futuro es justo.
¿Lo tiene?
No lo sé. Yo diría que ahora mismo la trayectoria de la gobernanza mundial es hacia el autoritarismo y el conflicto.
¿Es un ciclo?
Buena pregunta. La geopolítica del G-Zero es un ciclo. Estamos en una recesión geopolítica en la que las instituciones que creó EE.UU. ya no se alinean con el equilibrio de poder. A medida que eso siga ocurriendo, se producirá un retroceso que dará lugar a la creación de nuevas instituciones, a la reforma de las antiguas cuando sea posible, y a guerras. Ésas son las tres cosas que ocurrirán para llegar a un nuevo orden mundial, esperemos que sin una Tercera Guerra Mundial. Pero la pregunta que hiciste es diferente, se refería a si los países seguirán siendo democracias o no. Ahí tenemos un reto mayor, porque previamente nos dirigíamos a un mundo que tenía muchas más democracias en los noventa porque la tecnología dio poder a las personas que exigían más responsabilidad por parte de sus gobiernos. Así es como conseguimos el fin del Bloque del Este, así cayó el Telón de Acero (frontera política, ideológica y física que separó a Europa en dos durante la Guerra Fría). Así el muro cayó, se derrumbó la Unión Soviética, llegó la Primavera Árabe y las revoluciones de colores (movilizaciones políticas en el espacio exsoviético llevadas a cabo contra líderes considerados por Occidente como autoritarios). Hoy en día la tecnología no capacita a las personas, da poder a empresas y gobiernos muy fuertes. Y, no se trata de una revolución de las comunicaciones, es una vigilancia, es una revolución de datos. Ese cambio en la tecnología ha aumentado el impulso del alejamiento de la democracia, de la apertura, y se dirige hacia una consolidación vertical del poder sobre los ciudadanos y hacia el autoritarismo. No hay garantías de que eso continúe, pero es hacia donde nos dirigimos.
¿Ve que todos estos cambios que ha mencionado seguirán hasta el final del Gobierno de Donald Trump o ve un cambio en la ley para que Trump asuma un tercer período?
No creo que busque un tercer mandato. El comenta con sus amigos en privado el poco tiempo que tiene para varias cosas. Tiene 78 años, le dispararon en la cabeza y casi lo matan. Hace unos meses en las elecciones de mitad de mandato, los demócratas pudieron haber ganado la Cámara de Representantes, eso habría limitado su poder significativamente. Mientras Trump esté en el cargo, esta situación va a continuar. Y no creo que se trate solo de Trump, los fundamentos de la desconfianza en la democracia en EE.UU. vienen de décadas atrás. Trump es un síntoma de ello, es un beneficiario de ello, pero no es la razón.
"Esas personas que aseguraron que la democracia les importaba pero que votaron por Trump creen que EE.UU. ya no es una democracia".
¿Cuál cree que será el costo de gestionar la imprevisibilidad de Donald Trump globalmente?
Podría ser el fin de la OTAN. Estuve en Europa la semana pasada y vi los resultados de las elecciones alemanas. Tienen un Canciller que piensa que los europeos ya no pueden confiar en EE.UU., sienten que tienen una pistola en la cabeza por parte de Rusia y otra por parte de EE.UU. Si los americanos dicen que quieren que gane el partido neonazi, no lo dicen porque quieran nazis en el poder, lo dicen porque creen que este partido está más alineado con los americanos. Pero, los alemanes y la mayoría de los europeos sienten que esto es antitético para su propia seguridad nacional, así que ahora piensan que EE.UU. está dirigido por un adversario. Es difícil mantener una alianza cuando uno se siente así. Si los estadounidenses van a llegar a un acuerdo con los rusos pero los europeos mantienen las sanciones y no forman parte de las negociaciones, es muy difícil ver que la OTAN continúe […] Creo que el entorno de libre comercio seguirá erosionándose y fragmentándose hacia la industrialización y más aranceles, sanciones y más subvenciones que crearán ineficiencias en la economía mundial. Creo que entre EE.UU. y China se está produciendo una disociación, especialmente en tecnologías avanzadas. Si todos nos estamos moviendo hacia un mundo donde tenemos robots de Inteligencia Artificial (IA) que están entrenados con nuestros datos individuales y nos conocen mejor que nuestros amigos, y no vamos a conectar con ningún chino a través de esa IA y viceversa, entonces lo más probable es que nos distanciemos, nos deshumanicemos y nos volvamos fundamentalmente tribales como seres humanos. Lo que necesitamos es estar más conectados porque somos un mundo que se está volviendo cada vez más pequeño y cada vez más perturbado por las acciones que tomamos como seres humanos. Se trata claramente de un entorno más peligroso.
¿Ve un ganador en este mundo tecnológico?
Veo perdedores. Obviamente los europeos no están a la altura de la tecnología. Los japoneses y los surcoreanos no están en ninguna parte, y el sur global no está en ninguna parte. Están estadounidenses y los chinos.
¿Ve a alguno de ellos ganando esta guerra tecnológica?
Depende. EE.UU. va por delante en IA y los chinos en la transición energética post-carbono. Los chinos están más adelantados en la escalera. Lo primero es probablemente más importante, pero ambos países afectan a todos los sectores y a todas las economías del mundo. Es muy difícil decir cuál de los dos va a ganar.
Pasando a la guerra entre Ucrania y y Rusia, ¿ve usted un alto el fuego?
Sí, probablemente. Creo que Trump realmente quiere que la guerra termine, y está dispuesto a darles mucho a los rusos para facilitar un alto el fuego. Está diciendo que Ucrania nunca podrá entrar en la OTAN y que Rusia podrá mantener el control de una parte significativa del territorio ucraniano. Recordarás que cuando quiso poner fin a la guerra en Afganistán dio un trato a los talibanes que fue bastante significativo a su favor, y lo hizo sin comprometerse con los aliados estadounidenses con los que luchaba en Europa o en Oriente Medio. Yo no veo eso, esta vez hay mucho más en juego, pero no creo que sea tan diferente.
Y sobre Canadá y México, ¿cree que ambos deberían reforzar sus relaciones para enfrentar a EE.UU?
Dependen mucho de Estados Unidos, están muy integrados. Es como preguntar si Camboya y Laos deberían fortalecer sus relaciones para enfrentar a China, en realidad no va a ocurrir. Creo que los mexicanos lo entienden, y les está resultando más fácil averiguar lo que tienen que hacer. Los canadienses no pueden hacerlo porque están al principio de un ciclo electoral, y para llegar a ser primer ministro tienes que demostrar que eres duro contra Trump, duro contra EE.UU.
"Estamos en una recesión geopolítica en la que las instituciones que creó EE.UU. ya no se alinean con el equilibrio de poder".
Los aranceles continuarán su camino, entonces.
Sí, pero Trump es muy bueno presionando hasta que en el último minuto tiene una llamada telefónica y da otro mes (de tregua). No me aferraría necesariamente a la idea de que a finales de mes los aranceles del 25% entrarán en vigor […] Hay mucho que discutir antes de empezar a hablar de imponer estos aranceles.
¿Cuáles considera que los riesgos mundiales actualmente?
El principal riesgo para el mundo es que este G-Zero está ganando. Fundé el Grupo Eurasia hace 27 años, y en el pasado, los riesgos venían siempre de países más débiles, países menos desarrollados, conflictos de Oriente Medio o de Rusia. Hoy, el principal riesgo geopolítico en el mundo viene de EE.UU., el país más poderoso del mundo. Ese es el principal riesgo y todos intentamos gestionarlo o evitar que nos afecte. Intentamos que no se hable de nosotros, de no estar en los titulares.
Como Perú, un país pequeño, con una economía pequeña.
Así es. Es bueno que se distraiga con Panamá.
Perú tendrá elecciones en 2026, ¿qué arquetipo de candidato crees que ganará las elecciones? El outsider, el antisistema, el conservador…
Debería felicitarlos, creo que tienen al líder menos popular de todas las grandes democracias del mundo actual, lo cual es difícil de conseguir porque los líderes son bastante impopulares. Han estado en un solo dígito durante mucho tiempo (en popularidad). Con ese entorno, sin duda quieres estar en contra de quien está en el poder. Eso no significa que tengas que ser antisistema per se, sino que tienes que demostrar que estás haciendo algo. Son elecciones de cambio en Perú, Boluarte no es alguien con quien te postulas (a las elecciones), eso no es inusual. La mayoría de las elecciones en el mundo han sido elecciones de cambio desde la pandemia, México es la única excepción significativa. Pero, claramente esa es una lección que será obvia en tu país.
¿Cuáles son los riesgos para América Latina?
Primero, el cómo navegar en un entorno en el que los estadounidenses tienen una relación más hostil con China, donde los chinos tienen una economía que está rindiendo por debajo de lo esperado y que está fabricando para sectores de exportación que van bien. Los chinos envían muchos productos al extranjero para mantener su economía en marcha y esos bienes son bastante baratos. Pero, eso socava su propia economía en el largo plazo. Y los estadounidenses dicen que no quieren (que América Latina) haga más cosas con China. En cierto sentido, están recibiendo presiones de estas dos grandes economías a las que no les preocupa que tengas problemas fiscales o mucha flexibilidad. Los tipos de interés están más altos y el servicio de la deuda más difícil. (Como América Latina) no tienes la capacidad de tomar muchas decisiones como hacen los estadounidenses y los chinos, y sin embargo te presionan. Es un momento difícil para ser un país pequeño.
Entonces, habrá que surfear la ola.
Así es, sí.