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Inflación en Lima vuelve a terreno positivo y sube 0,13% en junio, con alimentos y restaurantes entre los principales impulsores
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Inflación en Lima vuelve a terreno positivo y sube 0,13% en junio, con alimentos y restaurantes entre los principales impulsores

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La inflación en Lima Metropolitana volvió a terreno positivo en junio, tras la ligera caída registrada en mayo (-0,06%). Según informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0,13% en el sexto mes del año, con lo cual la variación acumulada llegó a 1,30% y la tasa interanual a 1,69%.

Desde el Instituto Peruano de Economía (IPE), la economista senior Stephani Maita señaló que el resultado “está alineado con lo que solemos experimentar en los meses de junio, en el promedio de los últimos cinco o seis años”, y precisó que la cifra de 0,13% se ubica dentro de los valores típicos del mes. “Vemos una inflación controlada, sin presiones al alza relevantes desde el exterior, y con un Banco Central que ha mantenido su tasa de referencia en 4,50%”, indicó.

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Maro Villalobos

Frutas y pescados impulsan el alza

El informe técnico del INEI detalla que los principales aportes a la inflación provinieron de productos como el mango, que subió 38,6%, seguido del bonito (16,5%), la zanahoria (11,8%), el choclo (12,8%) y la granadilla (13,6%). Según Maita, estas alzas responden principalmente a una menor oferta estacional, en algunos casos afectada por oleajes anómalos que dificultaron la pesca, particularmente al inicio de mes.

Otro componente relevante fue el de restaurantes y hoteles, que subió 0,25%. “Este rubro fue el segundo de mayor contribución al índice, y estuvo influido por el alza de precios en platos marinos como el ceviche y, en menor medida, por un incremento leve en hospedajes”, agregó la economista del IPE.

Oferta avícola y cítricos aliviaron la inflación

Pese al alza en alimentos frescos, hubo productos que ayudaron a contener el índice. El precio del pollo y sus derivados —como huevos y menudencias— continuó a la baja por una mayor oferta en los mercados mayoristas. También disminuyeron precios de frutas como la fresa y la mandarina, apuntó Maita. El INEI reportó que los huevos de gallina cayeron 6,4%, el pollo eviscerado, 1,4%; y la fresa, 9,0%.

Además, la división de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles se redujo 0,14%, en parte por la aplicación de un nuevo pliego tarifario para el gas natural residencial y la caída en el precio del gas propano.

Impacto del tipo de cambio

El profesor de Economía de la Universidad del Pacífico e investigador del CIUP, Carlos Casas, sostuvo que uno de los factores que ha contenido la inflación en los últimos meses es la apreciación del sol frente al dólar. “El componente importado de la canasta básica también está a la baja. Eso ya se está trasladando a precios y explica en parte por qué la inflación ha sido menor a la esperada”, señaló.

Sobre la caída de precios registrada en mayo, Casas plantea dos explicaciones posibles: una desaceleración económica, aunque sin evidencia clara; y la más probable, vinculada al tipo de cambio. “Probablemente los productores se ‘stockearon’ a un tipo de cambio más alto, y aún no reponen inventarios con el dólar más barato. Eso reduce presiones inflacionarias”, explicó.

Además, resaltó que el comportamiento de algunos productos —frutas, pescados y mariscos— responde a variaciones estacionales. “Hay frutas que dejaron de producirse y siguen teniendo demanda, lo que empuja los precios al alza, y otras que entran con fuerza y bajan”, añadió.

Proyecciones y riesgos hacia fin de año

La inflación sin alimentos ni energía —que permite observar la tendencia subyacente— subió apenas 0,07% en junio, lo que confirma un entorno de precios estables. Tanto Maita como Casas coinciden en que la inflación cerraría el 2025 cerca del 2%, dentro del rango meta del Banco Central de Reserva (BCR).

Casas advirtió que ese resultado dependerá de cómo evolucione el tipo de cambio en el segundo semestre y de los precios internacionales de bienes importados, como el petróleo o algunos granos. “Probablemente veremos una demanda más precavida, pero deberíamos terminar el año entre 1,8% y 2%”, estimó.

Por su parte, Maita remarcó que, si bien existen riesgos globales —como los conflictos geopolíticos o las tensiones comerciales impulsadas por Estados Unidos—, aún no se han traducido en disrupciones de precios que afecten al Perú. “Todo nos hace pensar que la inflación se va a mantener dentro del rango meta”, concluyó.

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