Más de 500 mujeres jóvenes educadas por Laboratoria han culminado su formación con éxito, destaca Ana María Martínez.
 (Foto: Laboratoria)
Más de 500 mujeres jóvenes educadas por Laboratoria han culminado su formación con éxito, destaca Ana María Martínez. (Foto: Laboratoria)
Paola Villar S.

Dicen que las ideas más grandes surgen de la necesidad. Para sacar adelante Ayu –el primer proyecto de Mariana Costa, Hernán Marín, Rodulfo Prieto y Ana María Martínez–, los empresarios requerían de talento para ofrecer servicios de desarrollo web a empresas del mercado peruano; algo difícil de conseguir. “Sobre todo, era casi imposible encontrar a mujeres en nuestro país”, destaca Martínez.

Esto último no es sorpresa en nuestro país: según el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, de los 991.018 jóvenes que no estudian ni trabajan, más del 58% son mujeres.

A partir de ese problema, asumieron dos retos: capacitar a las personas que querían contratar y darle ese espacio al talento femenino. Particularmente, al que no tenía los recursos suficientes y que decidía no optar por seguir una carrera universitaria. Así fue cómo empezó : ofreciendo cursos de seis meses, dando herramientas a las jóvenes para aprender sobre el mundo tecnológico con el objetivo de insertarlas en empresas de primer nivel.

Lo que surgió como una solución terminó por convertirse en el eje principal de negocio cuando reconocieron que tenían algo más grande entre manos.

CÓDIGO EN TRANSFORMACIÓN
“No solo nosotros veíamos esa necesidad, sino también otras empresas, porque se empezaron a acercar. Todos querían contratar a nuestras jóvenes”, añade Martínez, chief operating officer y partner de Laboratoria.

Hoy, Martínez se enorgullece de tener a más de 500 jóvenes graduadas, un 85% de empleabilidad y buenas relaciones que Laboratoria ha logrado construir con grandes compañías dentro y fuera del país, donde colocan a sus estudiantes.

El año pasado, Laboratoria ganó el máximo galardón del premio a la Creatividad Empresarial, otorgado por la UPC, y también el reconocimiento en la categoría Compromiso con la Sociedad, entregado por El Comercio. Según Martínez, estos laureles, sumados al apoyo financiero de grandes empresas como Google y Microsoft, les han dado oportunidades de expandirse y de ganar posicionamiento.

Añade que la firma se encuentra en un punto de inflexión.

“[Laboratoria] ya dejó de ser un emprendimiento, pero aún no es una empresa corporativa. Es un adolescente. Y en esa adolescencia, está armando su personalidad”, menciona.En esa línea, una de las tareas pendientes de la firma es afianzar los roles y responsabilidades de sus equipos y lograr cubrir sus gastos con ingresos propios en un 100%, con el objetivo de seguir en la senda de crecimiento.

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