(Foto: Bloomberg)
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Agencia Bloomberg

Las elecciones presidencial y de ambas cámaras del Congreso que se realizarán el domingo en podrían tener implicancias significativas para los mercados globales de acciones y renta fija. El historial de turbulencia de México durante transiciones presidenciales, así como la posición del peso como una de las monedas de mercados emergentes más negociadas, debería servir de advertencia para los inversionistas.

El anuncio de México en agosto de 1982, un mes después de la elección presidencial, de que no podría pagar la deuda a bancos comerciales extranjeros marcó el comienzo de una crisis de deuda latinoamericana que se extendió por una década. La fuga de capitales nuevamente cobró fuerza durante la transición presidencial en el segundo semestre de 1994, lo que terminó en una enorme devaluación del peso en diciembre del mismo año. Ello también fue un precursor de la crisis de deuda asiática de 1997 y de la devaluación e incumplimiento de deuda de Rusia en 1998.

El riesgo en las elecciones de este año es mayor por la probabilidad de que el candidato populista -conocido como "AMLO" y quien está lejos de la corriente política tradicional- se convierta en presidente y logre una mayoría en el Congreso.

Durante la campaña presidencial, AMLO criticó duramente a una "minoría rapaz" de ejecutivos del sector privado que se oponen a su elección, mientras que sus oponentes lo compararon con el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez y sugirieron que su gobierno arruinaría la . El riesgo para los inversionistas proviene de la incertidumbre de si AMLO realmente desea trabajar con las empresas para impulsar la inversión del sector privado, lo que ha ayudado al alza de las acciones locales y el peso este mes, o si simplemente ha suavizado su tono en las últimas semanas para ser elegido.

La reacción inicial del mercado podría reflejarse en los movimientos del peso durante la semana posterior a las elecciones.

A pesar de las ganancias de este mes, la moneda se ha debilitado significativamente durante el último año pese al aumento de la tasa de interés por parte del Banco de México. Las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro en la frontera sur del país y la incertidumbre sobre el futuro del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte incidieron en la depreciación del peso, mientras que las preocupaciones de los inversionistas sobre una victoria de AMLO también provocaron salidas de capital.

PARA TENER EN CUENTA
Hay tres acontecimientos que los inversionistas deben observar para decidir si la próxima administración será favorable para los mercados financieros de México.

En primer lugar, si AMLO gana y extiende una rama de olivos a grupos de la industria privada como el Consejo Mexicano de Negocios en busca de su apoyo para impulsar el crecimiento económico, se puede esperar que el peso se aprecie y los titulares de acciones estadounidenses respiren aliviados. Pero si la victoria anima a AMLO a sugerir restricciones a las inversiones privadas en el sector de energía, una posición que ha adoptado en el pasado, habría que considerarlo un gran factor negativo.

En segundo lugar, una decisión de revertir las reformas energéticas también sería negativa para los flujos de inversión extranjera directa y para proporcionar estabilidad a largo plazo a los recursos de divisas del país. México ha disfrutado de flujos considerables de inversión extranjera directa durante la administración actual, con una inversión estimada de US$29.700 millones en 2017, un aumento del 11 por ciento con respecto a 2016. Un cambio hacia el lado negativo en esta variable eliminaría un importante puntal para que los inversionistas obtengan rendimientos atractivos en sus inversiones de cartera.

En tercer lugar, aunque se espera que AMLO sea un negociador más duro con Trump sobre el TLCAN de lo que ha sido la actual administración mexicana, los inversionistas juzgarán al nuevo gobierno por su voluntad para encontrar un terreno común con su vecino del norte. Si México decide simplemente retirarse del tratado, sería negativo tanto para las acciones de México como para las de EE.UU.

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