Carne
Carne

(Bloomberg) - Al hacerse cargo del matadero de su padre en el campo y crear el productor de más grande del mundo, Wesley y Joesley Batista ganaron la reputación de consumados negociadores. Su última negociación, que podría ser la más audaz hasta ahora, ha arrastrado al país y su presidente a una crisis.

Los hermanos, que controlan y administran el gigante de la carne JBS SA, están entre los siete ejecutivos que firmaron un acuerdo con las autoridades brasileñas a cambio de reducciones de penas, según una persona con conocimiento directo del asunto que pidió no ser identificada. El acuerdo se refería a las investigaciones de transacciones entre JBS, la compañía holding de los Batista y los bancos estatales y fondos de pensiones, dijo la persona.
Como parte del acuerdo, los hermanos presentaron a la Corte Suprema una grabación que muestra al presidente Michel Temer aprobando un pago a Eduardo Cunha, el autor intelectual del juicio político del año pasado contra la ex presidenta Dilma Rousseff, según el diario O Globo. A cambio, los hermanos Batista acordaron pagar 225 millones de reales (US$67 millones) en multas y no serán procesados, informó O Globo.

El real y los precios de las acciones brasileñas se desplomaron el jueves temprano al tiempo que Temer negó los hechos. JBS cayó hasta un 15% en Sao Paulo. La empresa y su matriz, J&F Investimentos SA, declinaron formular comentarios sobre el acuerdo.
Las revelaciones ilustran cuán profundamente arraigados están los Batista en la vida política y empresarial del país. JBS y otras compañías del grupo de J&F han financiado a casi un tercio de los miembros en la cámara de representantes de Brasil. Aportaron un récord de 387 millones de reales en donaciones en las elecciones de 2014, según el tribunal electoral de Brasil. JBS fue el mayor donante de campaña de ese año para la reelección de Dilma Rousseff, así como para el perdedor en la carrera presidencial, Aecio Neves.

Más recientemente, JBS se ha visto involucrado en varias investigaciones. Estas incluyen la llamada operación "Carne Débil", relacionada con acusaciones de que productores de carne, incluido JBS, fueron acusados este año por la policía de pagar sobornos a inspectores federales para aprobar la venta de carne descompuesta. JBS ha negado cualquier irregularidad. Por otra parte, las transacciones entre JBS y el banco estatal BNDES han sido investigadas por una corte federal de Brasil por más de un año. Los fiscales buscan evidencia de fraude e irregularidades. Las transacciones en cuestión generaron alrededor de 1.200 millones de reales de pérdidas en el banco, dijo la policía la semana pasada.

REGISTRO DE OFICINAS CENTRALES
Un juez de una corte federal ordenó el mes pasado a Joesley, de 45 años, presidente de JBS, renunciar como presidente de J&F y de la empresa de celulosa Eldorado Brasil Celulose SA., propiedad de la familia. El año pasado, Joesley y Wesley -- máximo ejecutivo de JBS de 47 años -- renunciaron brevemente al productor de carne tras una orden judicial relacionada con una investigación sobre fraude de fondos de pensiones. El edificio en Sao Paulo donde tienen su sede JBS y J&F ha sido registrado por la policía en dos ocasiones.
A pesar de los múltiples escándalos, JBS ha sido una historia de éxito en Brasil. Los ingresos han aumentado siete veces desde 2007, cuando comenzó a cotizar en bolsa. Se convirtió en el mayor productor de carne del mundo después de gastar más de US$20.000 millones en una serie de adquisiciones, entre ellas la estadounidense Swift & Co., la división de carne de res y de pollo de Smithfield Foods Inc. y el proveedor de pollo Pilgrim’s Pride Corp.

Parte de esas compras fueron financiadas por BNDES, que inyectó cerca de 8.000 millones de reales a JBS como parte de un plan más amplio para estimular la creación de multinacionales brasileñas.
Los cinco hermanos Batista -- Joesley, Wesley, Valere, Vanessa y Vivianne -- tienen participaciones iguales en J&F, la sociedad controlante, a través de la cual ellos y otros miembros de la familia controlan JBS, así como inversiones en banca, celulosa, ganado, productos de limpieza y construcción. Un sexto hermano, José Batista Jr., vendió su participación en el negocio. Su padre, José Batista Sobrinho, de 84 años, inició el imperio alimentario familiar en la década de 1950, cuando el presidente Juscelino Kubitscheck implementó su plan de "cincuenta años en cinco" para acelerar la construcción en Brasilia, la nueva capital del país. José, que comenzó sacrificando cinco cabezas de ganado al día, ayudó a abastecer de carne a los trabajadores de la construcción de la ciudad. Hizo su primera adquisición, una planta empacadora de carne en Planaltina, en 1968, antes de poner su mirada fuera de Brasil.

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