
Al cierre del 2024, y por segundo año consecutivo, la República Democrática del Congo fue el segundo mayor productor mundial de cobre, relegando al Perú a un expectante tercer lugar (el primer puesto corresponde a Chile).
Esto, según estimaciones del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), divulgadas a fines de enero y consignadas en su tradicional Reporte Anual de Producción Minera.
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Así, la entidad científica anticipa que la nación africana habría cerrado el 2024 con una producción de 3,3 millones de toneladas, versus 2,6 millones de toneladas en el caso peruano.
Hablamos de una diferencia de 600 mil toneladas que se explica por la paralización de diversos proyectos cupríferos que estaban en la puerta del horno para iniciar construcción en nuestro país, como Tía María y Yanacocha Sulfuros, entre otros.
Reflejo de ello es la menor producción de cobre registrada en enero-noviembre, la cual anotó 2,47 millones de toneladas, 1,1% menor que la de igual periodo del 2023, según estadísticas del Ministerio de Energía y Minas (Minem).

Por el contrario, la producción de cobre del Congo viene creciendo a pasos agigantados en los últimos años (11% en 2024), aupada por el interés comercial de China, que se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en el mayor inversor de la nación africana.

“Hoy en día, el 80% de nuestras minas tienen un único socio, que es China”, señaló Marcellin Paluku, director adjunto al Ministerio de Minas del Congo, en una entrevista reciente con Reuters.
De acuerdo al gobierno congolés, China controla más del 50% de la producción de cobalto y más del 70% de la producción de cobre de esta atribulada nación.
Y es que, como ha reportado este Diario, los recursos minerales del Congo “en vez de ser una bendición para sus habitantes solo les ha traído guerras y miseria”. (La guerra por los minerales en el Congo: la tragedia que nadie quiere mirar)
Hablamos de una tragedia que ha costado 6 millones de personas fallecidas desde 1998.
Pese a todo, las empresas chinas han apostado por invertir en esta convulsionada nación, inyectando más de US$20 mil millones en el desarrollo de varios megaproyectos.
Es el caso de la minera Zijin Mining Group Ltd., que ha encontrado más facilidades para desarrollar el proyecto congolés Kamoa-Kokula, que el proyecto piurano Rio Blanco, el cual se encuentra paralizado por problemas sociales desde hace unos 15 años.
De allí la advertencia lanzada días atrás por José Arista, entonces ministro de Economía y Finanzas, quien enfatizó que se debe aprovechar el ciclo alto del precio del cobre para “mantener la posición global de Perú con rivales en ascenso como la República Democrática del Congo”.