Elecciones en Brasil 2018: Jair Bolsonaro y Fernando Haddad disputan la segunda vuelta presidencial. (AFP).
Elecciones en Brasil 2018: Jair Bolsonaro y Fernando Haddad disputan la segunda vuelta presidencial. (AFP).
Agencia Reuters

La clase empresarial de Brasil ha venido alentando silenciosamente al candidato presidencial de extrema derecha para que gane las elecciones de este domingo 28, temerosa de que vuelva un gobierno de izquierda a la economía más grande de .

Ante los sondeos de intención de voto que lo declararon favorito en la primera vuelta, los mercados de divisas y de capitales de la nación se han encolumnado cada vez más detrás de Bolsonaro, un polémico legislador más conocido por sus exabruptos contra homosexuales y afrobrasileños que por su inclinación al .

Durante su carrera legislativa de 27 años, Bolsonaro ha votado repetidamente para preservar los monopolios estatales y contra la reforma del enorme sistema de pensiones públicas de Brasil.

Pero su elección de un respetado banquero educado en la Universidad de Chicago, Paulo Guedes, como asesor económico, es suficiente para muchos inversionistas y empresarios. Algunos ven a Bolsonaro como la opción menos mala en lo que se perfila como un puja entre la extrema derecha y la extrema izquierda.

Luciano Hang, propietario de la cadena de tiendas por departamentos de propiedad privada Havan, es uno de los pocos ejecutivos que apoyan abiertamente a Bolsonaro, cuya admiración por la dictadura militar de Brasil y la frecuente denigración de mujeres y minorías ha alejado a grandes sectores del electorado.

Aún así, Hang estima que "más del 80%" de las personas en un consejo empresarial de 300 miembros al que pertenece apoyan a Bolsonaro ahora que los candidatos más moderados parecen sin oportunidades de llegar al balotaje.

La creciente aceptación de Bolsonaro entre las élites empresariales brasileñas pone de relieve cómo un panorama político polarizado está conduciendo a los moderados a los extremos, y cómo los mercados están perturbados por una carrera presidencial abierta e impredecible.

Por su parte, Haddad se ha estado reuniendo con los principales inversores para calmar los temores en torno al regreso del PT al poder. Conocido por su conducta apacible y tranquila, el economista ha manifestado posiciones ortodoxas sobre la inflación, los tipos de cambio y los déficits.

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