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Redacción EC

El Fondo Monetario Internacional () revisó al alza sus proyecciones de crecimiento para el año 2018. Esto en respuesta al impacto que tendría la en para la economía a nivel mundial.

En ese sentido, el FMI elevó de 3,7% a 3,9% su previsión de crecimiento para la economía global, en una revisión al alza de 0,2% para cada período.

Según explicaron, esta corrección al alza es "reflejo de un fortalecimiento de la tendencia de crecimiento y el esperado impacto de las reformas fiscales aprobadas recientemente en Estados Unidos".

En el caso particular de Estados Unidos, la entidad estimó que deberá cerrar 2018 con un crecimiento de 2,5%, representado así un aumento de 0,6% en comparación a lo proyectado en octubre.

BRASIL Y MÉXICO

Manteniendo una previsión de crecimiento de 1,9% para América Latina en el 2018, el FMI destacó el impulso que registrarían las dos mayores economías de la región en respuesta a la reforma fiscal.

Según la entidad,  se beneficiaría de una fuerte demanda estadounidense. Por ello, la previsión pasó de 1,9% a 2,3%.

En tanto, el FMI resaltó una "recuperación más firme de ", donde aumentó la expectativa de crecimiento este año de 1,5% a 1,9%.

Asimismo, para la entidad, existe un escenario de "mejoras en los precios de commodities y también condiciones más fáciles de financiación en algunos de los países exportadores de materias primas".

ESTAR ATENTOS

Aunque se tiene previsto un crecimiento a nivel global, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, dijo que aún no es momento de cantar victoria.

"Es claramente una recuperación cíclica, y sin la continuidad de reformas, las fuerzas fundamentales que nos preocuparon sobre la 'nueva mediocridad' (...) permanecerán en sus lugares", advirtió durante una conferencia de prensa en Davos, Suiza.

Asimismo, el economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, señaló que hay "buenas noticias. Pero los líderes políticos y los responsables por el diseño de políticas deben recordar que el impulso de crecimiento está ligado a la convergencia de factores que deberá durar mucho tiempo".

Por último, añadió que la gran crisis financiera mundial desatada en 2008 puede "parecer haber quedado a distancia, pero sin medidas rápidas para atacar los obstáculos estructurales al crecimiento (...) la nueva tendencia negativa llegará más rápido y será más difícil de combatir".

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