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Déficit comercial entre Perú y Brasil se profundizó el 2016 - 1

Mes a mes se va engrosando la lista de países que ha caído en . El telón de fondo general es el fin del ciclo de auge de las materias primas, pero han habido otros factores que han terminado empujando la actividad productiva de esos países a una contracción.

, y encabezan –por tamaño, por significancia– a los países que ya han acumulado dos trimestres consecutivos de disminución en su producto bruto interno (PBI). Noruega, Finlandia y Australia, entre otros, tratan de esquivar la misma situación.

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El problema de Rusia es su alta dependencia al , indica Yaroslav Lissovolik, jefe de Estrategia del Deutsche Bank en Moscú, en un reporte enviado a este diario.  Lissovolik prevé que la recesión iniciada en el primer trimestre del año llevará a que el país sufra este año una contracción de 3,8%, seguida por otras de 1,2% el 2016.

, presidente de Rusia, acusa a , y , de los males que afectan a su país. Al último lo responsabiliza del bajo precio del petróleo y a los dos primeros por las sanciones económicas que impusieron a su país tras la crisis de Crimea y Ucrania.

Pero la culpa también ha sido de Putin, ha sostenido Ben Judah, autor de “El Imperio Frágil: cómo Rusia se enamoró y dejó de amar a Vladimir Putin”. En un artículo para la BBC Mundo, Judah critica como el presidente ruso desoyó durante años los consejos de sus ministros y asesores sobre la necesidad de aprovechar el ‘boom’ petrolero para que la economía se vuelva menos dependiente del crudo.

“Nosotros no somos Kuwait… No podemos ser un pequeño y próspero emirato. Somos un país grande que no podrá alimentarse del petróleo. Debemos aprender a hacer dinero con nuestros cerebros”, había afirmado Vladislav Surkov, uno de los asesores más poderosos de Putin, antes que los precios del crudo empezaran a bajar.

Pero no se hizo nada. El dinero del petroleo y del gas Putín no lo dirigió a parques tecnológicos e industriales, como lo sugerían los asesores, sino a financiar guerras –las haya buscado él o no– y a eventos como los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.

Lissovolik no prevé una recuperación sino hasta 2017. “El consumo está muy golpeado por la y la devaluación”, sostiene, y agrega que el Estado no tiene forma de aumentar su gasto.

CANADÁ
La economía canadiense ha sido la primera de las mayores economías del mundo en debilitarse hasta lo que técnicamente se considera una recesión , aunque lo nieguen su gobierno, que lucha por enmendar el rumbo, y varios analistas independientes.

(Foto: Reuters)

El hecho es que en el primer y segundo trimestre del año Canadá sufrió contracciones de 0,2% y 0,1%. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la caída se debe al petróleo.

El ministro de Finanzas de Canadá, Joe Oliver, sostiene que saldrán del bache tan pronto como en esta segunda mitad del año. “Los sectores vinculados al petróleo han caído, pero no toda la economía canadiense. Somos cada vez menos dependientes del petróleo y más bien del sector servicios. Las empresas han hecho un ajuste que ya no harán de nuevo. Ya en agosto el empleo se ha recuperado”, afirmó Oliver.

Para soportar el shock petrolero, Canadá ha aplicado una política fiscal expansiva, reduciendo los impuestos y aplicando planes de creación de empleo.

“La economía canadiense se ha ajustado al escenario de bajos precios del petróleo, pero no ha caído en una recesión”, coincide,  desde Toronto, Derek Holt, vice presidente de Investigación en el área de Mercado de Capitales de Scotiabank.

Vía email, Holt indica que ya existen diversos indicadores que sugieren que lo peor ya pasó. “Actualmente, un 85% de la economía canadiense no depende del sector Energía”, afirma.

Alfredo Coutiño, director para América Latina de , comparte la percepción de que Canadá no está demasiado golpeada. “La caída ha sido muy pequeña y de menos de un punto porcentual en términos anuales. Se van a recuperar rápido”, dice. De Brasil no se espera lo mismo.

BRASIL
El último informe Focus, del Banco Central, arroja que más de cien instituciones financieras esperan que el PBI caiga este año 2% y el 2016 en 0,15%. En este caso, la caída de las materias primas no ha sido lo más determinante.

Las expectativas del mercado para Brasil son de un crecimiento del PBI de 0,49% en 2017 y de 2,39% en 2018. La OCDE prevé por su lado un crecimiento nulo (0%) este año y una expansión de 1,2% el próximo. (Foto: Difusión)

Brasil es una economía con fuerte actividad industrial y de servicios, aunque también fuerte en producción de commodities agrícolas, petroleo y minería. Según diversos analistas, lo que ha llevado al país a la recesión ha sido el mal manejo económico y la parálisis de la inversión ante el destape de casos de corrupción y la grave crisis política que se ha generado.

El país crecía boyante hasta el 2013 basado en el ciclo de auge mundial y una expansión del crédito hasta que ambos motores se apagaron, el segundo por decisión de política económica. Brasil entró en recesión en el primer semestre de 2014.

Para Daniel Lacalle, economista español y gestor de fondos, Brasil trató de solucionar sus problemas elevando el gasto fiscal y comprometiendo a sus empresas estatales. “Aplicaron las recetas keynesianas con grandes gastos (incluido el Mundial de Fútbol) que agudizan los desequilibrios”, indica en su blog Lleno de Energía.

“El uso de sus grandes empresas semiestatales como máquinas de gasto improductivo, con casos de corrupción alarmantes, y usar los sectores regulados para gestionar una inflación galopante sin conseguir nada más que perpetuar ineficiencias, ha llevado a que la deuda de las empresas se dispare hasta niveles difíciles de justificar”, agrega.

El déficit público se elevó a 5% del PBI, la deuda sobrepasó 65% del PBI. Al gasto no productivo, se le sumó el destape de los casos de corrupción alrededor de Petrobras. El involucramiento en ese caso de las autoridades políticas más altas y de líderes empresariales paralizó la inversión. La caída en la popularidad de la presidenta Dilma Roussef f ha tocado mínimos históricos, todo lo cual ha generado una sensación de colapso que agudiza la recesión.

Brasil está muy sin mando, muy dividido. Hacía tiempo que el país no afrontaba una situación de estas”, ha resumido Antonio Porto Gonçalves, profesor de la Fundación Getúlio Vargas.

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