Las ruinas incaicas de Machu Picchu han recibido cientos de adjetivos en torno a su belleza natural, su monumentalidad y la espiritualidad que derrocha, pero todavía no había sido calificada por la economista más poderosa del mundo, Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional.
Tras visitar Machu Picchu, Lagarde dijo sentirse impresionada por la ciudadela construida hace cinco siglos atrás; las llamó hermosas, lindas, espirituales, bellas, y luego dijo que eran un ejemplo de resiliencia.
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Con seguridad, fue la primera vez que alguien calificó a Machu Picchu como resiliente, un término que desde la crisis del 2008 se ha vuelto habitual en la jerga de los economistas para calificar a un país o empresa que tiene capacidad para soportar los embates del entorno.
Lagarde dijo que espera que las reuniones de esta semana -que ella encabeza en Lima junto al presidente del Banco Mundial- sean tan productivas "como los incas fueron en el siglo XV".