Diez lugares de Estados Unidos que debes ver una vez en la vida - 1
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Redacción EC

(Bloomberg) Las compañías de servicios financieros se ponen hiperactivas cerca del Día de San Valentín, al igual que los floristas, fabricantes de chocolates y joyeros. Por lo general, lo suyo son estudios sobre el amor y el dinero, con consejos para evitar el conflicto financiero con la pareja.


La compañía de créditos estudiantiles SoFi está saliendo al ruedo con ese otro viejo merodeador de San Valentín: las . Esta es la situación. Al parecer 39% de los millennials preferirían revelar una enfermedad de transmisión sexual (ETS) preexistente a una potencial pareja que darle a conocer su deuda, según un sondeo a 2.000 millennials realizado por SoFi y usando el encuestador online Survey Monkey. Además, el sondeo concluyó que el endeudamiento grave era la segunda razón para una ruptura romántica, después de la adicción al trabajo.

Tanto las ETS como la deuda son epidemia en . Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades anunciaron a fines del año pasado que las ETS estaban en un "máximo sin precedentes" en 2015.

Así también está la deuda de créditos estudiantiles, el sustento de SoFi. La deuda estudiantil total llegaba a US$1,4 billones a septiembre, el doble que en 2009. Tiene sentido que la deuda de una posible pareja esté llamada a desempeñar un papel más importante en las relaciones de hoy en día.

De hecho, la vergüenza de la deuda también podría ser epidémica en sí misma.
Melanie Lockert, de 32 años, recuerda cómo se sintió cuando –endeudada en US$81.000 tras haber obtenido su bachillerato con especialización en teatro en la Universidad Estatal de California en Long Beach y una maestría en estudios artísticos de la Universidad de Nueva York- no pudo encontrar empleo en su área. Seis meses después de la graduación, compraba comida con cupones y trabajaba por US$10 la hora en Portland, Oregon.

Su deuda ponía de relieve sus errores y deficiencias, y la hacía “sentir culpable haber ido a una escuela locamente cara", dijo Lockert. "Representaba una enorme vergüenza para mí. Pensaba: he hecho todo lo correcto. Trabajé arduamente en la escuela, tenía un trabajo de media jornada, hice todo lo que se suponía que tenía que hacer".

Del sondeo, dijo, "tampoco creo que nadie en realidad quiera revelar su situación de ETS. Pero lo que dice es que la deuda y el dinero todavía tienen mucho de tabú". La deuda estudiantil es sinónimo de generación millennial, dijo, "pero nadie quiere decir, ’Mira, me gradué con US$100.000 de deuda, ¿quieres casarte conmigo?’"

Una deuda significativa de la pareja "podría demorar la compra de una primera vivienda, requerir recortes de vacaciones y viajes, reducir los aportes para la jubilación además de muchos otros sacrificios financieros que una pareja libre de deuda no requeriría", dijo el planificador financiero Jon Powell, de Ferguson-Johnson Wealth Management, en Rockville, Maryland.

Aquí está el círculo vicioso. "El viejo adagio de ’ojos que no ven, corazón que no siente’ es la solución para mucha gente, y ese es el problema", dijo el planificador financiero David Mullins, de Mullins Wealth en Richlands, Virginia. Los pendientes crecen, los intereses se acumulan "y antes de que pase mucho, hay un monstruo de cuatro o cinco dígitos que llega por correo cada mes a saludar", dijo. "El problema es que la deuda te hace sentir mal, entonces para sentirte bien, gastas más. El ciclo puede continuar hasta que se llega a un punto de inflexión".

Mullins tenía un cliente que llegó a ese punto solo después de haber hipotecado su casa, que había estado libre de hipoteca por 20 años, para pagar la deuda de su tarjeta de crédito. Su madre había fallecido y ella había estado haciendo lo que describió a Mullins como "terapia de compras" para llenar el vacío. Cuando se dio cuenta de que había agotado el patrimonio de su hogar, se curó. "Hipotecar su casa literalmente hizo que gastar la hiciera sentir enferma", dijo Mullins. "Este fue el fondo que ella tenía que tocar para cambiar sus hábitos".

La clave es darse cuenta de que "está bien cometer errores y que es cómo aprendes de ellos lo que define tu carácter y construye tu autoestima", dijo Pat Clark, director de planificación financiero de la firma de gestión de patrimonio RS Crum, en Newport Beach, California.

¿La lección a extraer? Lleve un registro de sus gastos. Anótelos, aconseja Mullins, porque "cuando se trata de llevar un presupuesto, las cuentas mentales simplemente no funcionan y un pequeño vicio puede convertirse en un gran problema antes de que se dé cuenta. Los intereses compuestos funcionan en ambos sentidos"

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