La Comisión Europea lanzó el miércoles una propuesta para poder limitar la operación en los países del bloque de empresas extranjeras respaldadas por el Estado, una respuesta al fortalecimiento de China.
Con esta propuesta, la Comisión pretende desarrollar los medios para bloquear adquisiciones o el acceso a un mercado público si una empresa extranjera está muy subvencionada.
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“La apertura del mercado único es nuestro principal activo, pero debe ir acompañada de cierta equidad”, explicó la comisaria europea para la Competencia, Margrethe Vestager.
La funcionaria destacó que la legislación vigente permite a la Unión Europea (UE) controlar las ayudas otorgadas por los Estados miembros, pero no la otorgada por terceros países, lo que genera distorsiones de la competencia.
Esta propuesta se enmarca en un endurecimiento de Europa con relación a China, su segundo mayor socio comercial, después de Estados Unidos, y con quien se esfuerza por mantener un equilibrio económico y diplomático.
Por un lado, Alemania desea mantener abiertos los vínculos con un destino privilegiado para sus exportaciones; por otro lado, varios Estados miembros están preocupados por la competencia desleal de empresas chinas fuertemente subsidiadas.
La tensión entre los dos bloques es también política: la UE ha impuesto sanciones contra China, a la que acusa de violaciones de derechos humanos en la región autónoma uigur de Xinjiang.
China respondió con sanciones a varios parlamentarios europeos, académicos y al grupo de expertos alemán MERICS.
Según la legislación presentada este miércoles, una empresa extranjera que pretenda adquirir una compañía europea con una facturación anual de más de 500 millones de euros (600 millones de dólares) deberá notificar a la Comisión Europea “cualquier contribución financiera que reciba de una autoridad pública de un tercer país”.
Lo mismo se aplicaría a un grupo que desee actuar en un gran mercado público de la UE, como los ferrocarriles o las telecomunicaciones, por valor de más de 250 millones de euros (300 millones de dólares).
De lo contrario, la Comisión podría imponer multas.
“Demasiado ingenua”
En caso de distorsión de la competencia, la Comisión podría exigir medidas correctivas, y en algunos casos incluso prohibir una concentración o la adjudicación de un contrato público a la empresa en cuestión.
Los préstamos a interés cero, el trato fiscal preferencial o simplemente las subvenciones directas podrían formar parte de las ayudas que se consideran como elementos que distorsionan la competencia.
La organización empresarial BusinessEurope ve la propuesta -que ahora debe ser considerada por el Parlamento Europeo y los Estados miembros- como “un paso en la dirección correcta”, de acuerdo con un comunicado.
El texto no tiene como objetivo oficial contrarrestar a ningún país en particular, pero las fuentes europeas están de acuerdo en que China está en el centro de las preocupaciones.
La iniciativa fue lanzada después del sorpresivo acuerdo de inversión celebrado a finales de 2020 entre Bruselas y Pekín.
Pero el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, dijo a la AFP el martes que los “esfuerzos” de sus departamentos por ese acuerdo “suspendidos”.
“En la situación actual (...) el entorno no es propicio para la ratificación del acuerdo”, afirmó.
En respuesta, este miércoles la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, dijo que “a pesar de las dificultades que seguramente van a surgir para la ratificación [de ese acuerdo], pienso que es una tarea muy importante”.
Ese acuerdo será “mutuamente benéfico”, dijo la dirigente alemana, por los compromisos que contempla sobre acceso a mercados, complimiento de estándares laborales internacionales y protección de marcas.
Bruselas también dio a conocer el miércoles una actualización de su estrategia industrial para ayudar a la UE a reducir su dependencia de países extranjeros y, en particular, de China.
El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, destacó que la UE había sido “demasiado ingenua” en su enfoque de ciertos sectores estratégicos, como los microchips, producidos principalmente en Asia.
La pandemia ha enseñado a la UE que “el socio de ayer puede no ser el socio de hoy”, dijo Breton.