Christine Lagarde será la nueva presidenta del BCE. (Foto: AFP)
Christine Lagarde será la nueva presidenta del BCE. (Foto: AFP)
Agencia Reuters

Los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo (se inclinan por un paquete de estímulo que incluya un recorte de tipos, una promesa reforzada de mantener las tasas bajas durante más tiempo y una compensación a los bancos por los efectos secundarios de los tipos negativos, según cinco fuentes familiarizadas con la situación.

Muchos también están a favor de reiniciar la compra de activos, un arma significativamente más poderosa, pero la oposición de algunos países del norte de Europa está complicando este asunto, agregaron las fuentes, que se negaron a ser nombradas.

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Un portavoz del BCE no quiso hacer comentarios. Las fuentes subrayaron que no se había tomado ninguna decisión y que se estaban manteniendo conversaciones, en particular sobre la magnitud de la reducción del costo del crédito.

Con la desaceleración del crecimiento económico mientras la guerra comercial mundial amenaza con recrudecerse, el BCE ha prometido anunciar más estímulos tras su reunión del 12 de septiembre, dejando que los mercados se limiten a adivinar cuál será la composición del paquete de medidas.

Las fuentes agregaron que no había razón para escalonar los movimientos de estímulo en varias reuniones, incluso a pesar de que todavía es probable que aumente la incertidumbre del Brexit. Pero también dijeron que era vital que el BCE dejara algunas herramientas sin usar para que , que sucederá a Mario Draghi en la presidencia el 1 de noviembre, las despliegue en caso necesario.

Varias fuentes dijeron que es probable que las propuestas finales se entreguen a los encargados de la adopción de políticas solo durante la semana de la reunión, como ya es habitual antes de las decisiones importantes.

Las compras de bonos son especialmente controvertidas porque el BCE se está acercando a los límites de emisión autoimpuestos, por lo que cualquier programa sustancial corre el riesgo de obligar a los responsables de la política económica a abandonar sus propias normas y arriesgarse a que las medidas acaben en los tribunales.

Sin embargo, tres de las fuentes dijeron que el BCE tenía margen para un año de compras de bonos utilizando la flexibilidad de su marco actual, por lo que no era necesario cambiar la norma que exige que el BCE no posea más de un tercio de los bonos de cada país.

La deuda soberana seguiría siendo la piedra angular de cualquier nuevo programa de recompras, pero también era probable que se incluyeran activos del sector privado, agregaron las fuentes.

El BCE puso fin a un plan de compra de bonos de 2.6 billones de euros (US$ 2.90 billones) en diciembre y parecía dispuesto a subir las tasas de interés este año a medida que la economía se recuperaba.

Pero el clima inversor se ha deteriorado rápidamente desde que la guerra comercial redujo las exportaciones, el Brexit minó la confianza y una desaceleración en China debilitó la demanda.

Dado que los bancos ya están sufriendo la ralentización, se espera que cualquier recorte de tasas vaya acompañado de un tipo de depósito de múltiples niveles, lo que exime a los bancos de algunos de los cargos punitivos del BCE por mantener depósitos a la vista.

El tipo de interés de los depósitos del BCE se sitúa actualmente en -0.4% y, para reforzar la confianza, es probable que el BCE revise su promesa de mantener los tipos bajos.

El BCE pretende actualmente mantener los tipos en los niveles actuales o inferiores al menos hasta el primer semestre de 2020, y es probable que la nueva orientación reduzca el énfasis en los plazos específicos para el cambio, agregaron las fuentes.

Fuente: Reuters

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