¿Qué logrará (o debería lograr) Apple con su nueva oferta?
¿Qué logrará (o debería lograr) Apple con su nueva oferta?
Redacción EC

Entrar la próxima semana a cotizar en Dow Jones, índice de Wall Street en donde fluctúan las 30 empresas más importantes, no es poca cosa. , con una capitalización bursátil de US$748 mil millones, está tomando en la bolsa el lugar de la gigante de las telecomunicaciones . Esperó esta oportunidad durante años y lo ha logrado ahora luego de desdoblar sus acciones. Eso lo pone en las ligas mayores -sale de Nasdaq, donde cotizan todas las tecnológicas- y le genera retos enormes que  deberá demostrar que puede sobrellevar sin sobresaltos.

Ayer, cuando salió al escenario, Cook sabía el peso que llevaba sobre sus espaldas de cara a sus inversionistas y a los consumidores, cuyo amor a la marca y al legado de es implacable con los errores. Sonrió, jugo con el suspenso como todo presentador debe hacer, habló primero de su negocio de televisión, lanzó nuevas ofertas para sincronizar los carros, recordó los laureles de su popular y al final presentó bajo los reflectores a la ansiada estrella de la noche: el

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Sus primeros anuncios no fueron intrascendentes. En términos de negocios advirtió que los servicios de su Apple TV competirán directamente con , quien viene marcando una revolución en lo que a tendencias de consumo de televisión se refiere. Dejó entonces claro que sigue las corrientes imperantes en el ambiente y se pone a tono para mantener a sus seguidores satisfechos y, por lo tanto, tener ingresos al alza en dicho segmento, aún cuando bajó el precio de venta del equipo. Sin embargo, se trata de una división muy pequeña para Apple, quien obtiene el 70% de sus ingresos con las ventas de iPhone, y si logra éxito con este giro, no será muy significativo de cara a los ingresos consolidados.

Steve Jobs y Tim Cook supieron siempre que no solo vendían equipos. Los consumidores esperan innovación, glamour, estatus, estilo de vida sofisticado gracias a herramientas simples y amigables... todo lo cual ofrecieron el iPhone, el iPad y el iPod cuando salieron al mercado. Sus productos marcaron un antes y un después en cada categoría y si bien no eran algo nuevo - ya se vendían  80 millones de smartphone antes del iPhone y 200 millones de reproductores de música cuando llegó el iPod - crearon un nuevo estándar al cual todas las otras marcas siguieron el paso. La consecuencia fue que el usuario los amó, las ventas fueron exitosas, las acciones se revalorizaron y la empresa fue todo lo rentable que sus inversionistas esperaban.

Cook quiere repetir el plato. Su intensión es clara para todos los analistas: está llegando después a la categoría pero con la intensión de generar un efecto disruptivo que marque el inicio de la popularización de la categoría como tal y el éxito en ventas que necesita para seguir siendo quien es. La gran pregunta es si podrá lograrlo.

(Foto: Getty Images)

A FAVOR
Apple quiere crear un mercado. No es que no exista. En el mundo se venden alrededor de 1,2 mil millones de relojes al año y cerca del 1% son inteligentes. De hecho el año pasado los analistas de Gartner estiman que se vendieron 10 millones de smartwatches y para este año podrían vender cuatro veces más. En ingresos, Gartner habla de US$4.200 millones que dejará el sector de los relojes deportivos y se duplicará para el 2020. Y tampoco faltan retadores: desde las dos marcas suizas que lanzarán su oferta este año hasta advenedizos como sin ningún gigante famoso por detrás, tenemos como 30 grandes marcas compitiendo. Detrás de , que lidera las ventas con el sistema operativo Android, están Motorola, Lg, Sony, Asus y hasta Huawei, quienes aprovecharon la semana pasada el MWC de Barcelona para mostrar sus nuevos modelos y tratar de acaparar titulares antes de que Apple presentara a su estrella.  

Apple dice que venderá 5 millones de relojes en la primera camada. Y si las cosas le van bien como desea, puede estar vendiendo unos 30 millones de unidades al año. Eso lo convertiría en el actor que despertó un mercado que hasta ahora ha ganado titulares pero no volúmenes significativos. De hecho hoy las ventas mundiales de smartwatches equivalen a todos los teléfonos importados en un país pequeño como el Perú. Para las grandes marcas se ha tratado de generar presencia mundial, no volúmenes, y los que más éxito han tenido han sido quienes se han ido segmentando a tipos de usuarios específicos, como deportistas o pacientes con problemas cardiacos.

Apple ha apostado por un precio alto, tres categorías definidas -incluidos modelos de más de US$10 mil para competir con los relojes suizos- y diseños bastante estilizados frente a las primeras generaciones de smartwatches que salieron al mercado un par de años atrás. Juega con la belleza y nos muestra un producto apetecible, bonito, aspiracional... como siempre. Los amantes de la marca que quieren siempre lo último que ellos proponen estarán en la lista de espera y tendrán su reloj a fines de abril, que duda cabe, pero solo eso no garantiza el éxito.

EN CONTRA
¿Será el reloj de Apple el impulsor de un nuevo renacer de la compañía que lo ponga de nuevo en la lista de los innovadores y lleve al grupo a consolidarse como el rey del sector? A simple vista el reloj funciona bien, es bonito y tiene un público cautivo de amantes de la manzana esperándolo. Pero eso no es ni será suficiente. 

Más allá de los usuarios de gama alta o súper tecnológicos que prueban todo lo nuevo que sale al mercado, el gran reto de esta categoría y de Apple por supuesto es lograr convencer a las mayorías que necesitan un reloj inteligente. ¿Me urge escribir un e-mail desde la muñeca? - se preguntará el consumidor promedio cuando vea el producto en el escaparate. El usuario común piensa antes de gastar y no sigue solo las modas si no tiene una necesidad creada o latente.

Cuando llegue a las manos de los usuarios veremos si lo intuitivo que caracteriza a la manzana y la belleza en diseños se conjugan adecuadamente con la practicidad del uso y si los consumidores responden con una demanda sostenida que realmente impulse el mercado. Si eso no ocurre tendremos unos cuantos millones vendidos sin pena ni gloria y una empresa rompiéndose la cabeza por ver qué otro dispositivo disruptivo pueden crear para mantenerse como los reyes del sector, no solo en términos de imagen de innovadores, sino en dividendos de sus acciones, porque los inversionistas no perdonan eternamente.

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