¿Qué pasos debes seguir para innovar en tu empresa?

En su reciente publicación “Innóvate, caja de herramientas para la innovación”, el Ministerio de la Producción recomienda tomar la siguiente ruta para para alcanzar una innovación. 

 
Planteamiento del problema
El problema debe definirse claramente. Por ejemplo: cómo ingreso a un nuevo mercado o cómo elevo la calidad de mi producto sin afectar mis costos. Lo mejor para comenzar un proceso de innovación es lanzar una lluvia de ideas y poco a poco ir acotándolas con referencias del mercado o investigaciones que se tengan a la mano. Luego hay que plantear escenarios probables de solución. Puede agruparlos según su riesgo, plazos o dificultad para luego encontrar la combinación más viable.

Desarrollo de proyectos
Una vez que se define la solución y se ha calculado qué tan rentable y viable es llevarla a cabo, la innovación toma la forma de un proyecto que debe ser formulado y ejecutado. Para esto se deben tomar en cuenta diversos aspectos como los recursos humanos, la infraestructura, el equipamiento, el financiamiento, etc. 

Prototipos y ajustes
Aquí se da una etapa piloto o de prueba que permite verificar o corregir lo avanzado. Esta primera versión de lo que queremos lograr –quizá un nuevo producto o servicio- minimiza el riesgo de la innovación ya que la idea es probar que desde un punto de vista técnico la solución planteada funciona. El siguiente paso es comprobar si también funciona desde el lado comercial. 

Validación 
La innovación debe mostrarse para obtener el feedback de un grupo representativo del mercado al que se dirige, a través de encuestas, focus groups o algún tipo de medición. Con este proceso se pueden encontrar detalles que no estaban planteados o generar oportunidades para desarrollar innovaciones futuras. Para alcanzar la versión final, más allá de las pruebas técnicas, aquí es cuando se debe definir cómo será la forma o “empaquetamiento comercial” del producto o servicio. Es decir, de qué modo se presenta y se vende. 

Salida al mercado
Luego de ser validado tanto el aspecto técnico (que funcione) y comercial (que se pueda vender) se debe establecer una línea de producción o un esquema de servicio con los que se logre llegar de la manera más eficiente al mercado objetivo. Para minimizar riesgos una opción es salir con lotes menores y poco a poco ir escalando hasta alcanzar una producción segura.