Tesla, la empresa de Elon Musk, está presente en la ciudad china de Shanghái. (Foto: Getty Images)
Tesla, la empresa de Elon Musk, está presente en la ciudad china de Shanghái. (Foto: Getty Images)
Gonzalo Carranza

He escuchado recurrentemente la idea del buen periodismo como la mejor historia del presente. En el periodismo económico y de negocios, esa noción funciona, pero a veces muta a la de una suerte de historia del futuro: no solo contar lo que está ocurriendo, sino también adelantar lo que ocurrirá en algunos años. 

No se trata de ejercicios de futurología, de esos en los que se confunden gurús y charlatanes, sino de anticipar con la mejor información disponible escenarios probables, como hacemos hoy con nuestro informe central sobre las perspectivas de los autos eléctricos e híbridos enchufables en el Perú. Este es el típico caso donde el futuro local se interseca con el presente en otras realidades, lo que permite vislumbrar oportunidades y desafíos, tanto para la actividad empresarial como para las políticas públicas.  

Un ejemplo de esto último es el tratamiento preferencial que recibió este tipo de vehículos dentro de los cambios recientes al Impuesto Selectivo al Consumo, dándole una tasa de 0%, mientras se subió a 10% la tasa para los autos nuevos a gasolina. La lógica es incentivar una renovación del parque automotor sobre la base de vehículos con menores emisiones, pero el ‘timing’ parece adelantado para el caso de los autos que deban enchufarse a una red eléctrica (la norma también incluye a los híbridos que no necesitan cargar energía de fuente externa).  

Como detallamos en el informe, aún no existe en el Perú ni la oferta comercial ni la infraestructura necesarias para sacar provecho del incentivo tributario. Las automotrices prevén traer estos autos recién en los próximos años y su idea es atender en primer término al segmento de lujo, el transporte de pasajeros y la demanda de empresas. De hecho, las dificultades de Tesla para ampliar la producción de su Model 3 -el llamado a iniciar la explosión de la masificación del auto eléctrico- están siendo evaluadas por toda la industria antes de dar el gran salto. 

Por otro lado, las empresas ligadas a la oferta y suministro de energía en el mercado local piden cambios regulatorios de largo aliento y demandan coordinaciones público-privadas para la armonización de aspectos básicos, pero fundamentales, como el estándar de las conexiones de los autos a la red de electricidad.  

Rara vez sabemos cómo terminarán estas historias del futuro. La tendencia de los autos eléctricos a nivel global, con sus avances y retrocesos, parece haber llegado para quedarse. Ello nos obligará, tarde o temprano, a allanar el camino para estos vehículos.