"¿Bye, by-pass?" [Opinión]
"¿Bye, by-pass?" [Opinión]
Redacción EC


Por: , director de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico
 

El recientemente inaugurado  de 28 de Julio ha generado problemas de congestión en la ciudad. Es que en realidad nunca fue pensado con el objetivo de aliviar el tráfico, de armonizar la ciudad o de generar nuevos espacios urbanos.

Más bien estamos ante la imposición de una obra con el objetivo de contraponerse a un proyecto del régimen anterior. Simplemente se ha utilizado con el único fin de mostrar una suerte de progreso a la ciudadanía, cuando en realidad surge como una medida populista ante la ausencia de reales políticas públicas en el desarrollo urbano de nuestra ciudad.

Lima necesita una visión de futuro para ser una urbe desarrollada. Si bien nuestro nivel de motorización aún no es elevado con respecto a los países de la región, este bajo nivel muestra que aún existe un espacio para que siga creciendo el ratio de vehículos por habitante y que se siga agudizando el problema de congestión. Así, según CAF, Lima solo tiene 68 vehículos por cada 1.000 habitantes, Chile 174 y México 276. Sin embargo, somos la ciudad más contaminada del continente, según la OMS.

Las mejores perspectivas de la actividad económica y facilidades para acceder a los créditos vehiculares seguirán generando un incremento en las ventas de vehículos. Además, es razonable que el problema de congestión vehicular que enfrenta la ciudad sea insostenible en la actualidad a pesar de que el indicador de vehículos motorizados aún no es tan elevado debido a que el número de viajes por pasajero por día en Lima Metropolitana es de los más altos de la región. De esta manera, con un menor número de vehículos motorizados se genera una importante congestión vehicular en distintas horas del día.

Como dice Gustavo Rodríguez: “Cuando una persona tiene las arterias a punto de colapsar, ¿qué hace? ¿Va donde un cirujano para someterse a ‘by-pass’ o cambia de estilo de vida?”. Y es que una ciudad planificada invierte en obras de evitamiento y no privilegia a los automóviles en el interior de la ciudad. Más bien incentiva el transporte público masivo de calidad y regula el servicio de taxis. Una ciudad desarrollada prioriza a las bicicletas como alternativa y construye espacios públicos para los peatones. Ese es el cambio de ‘estilo de vida’ que necesita Lima, lo que significa no seguir construyendo infraestructuras sin ninguna planificación.

El análisis correcto de una política pública permite describir la situación que está siendo abordada, establecer si hay correspondencia entre el problema identificado y la política que busca resolverlo o aminorarlo, e identificar las consecuencias de la implementación en forma de resultados, impactos y si fue efectiva, eficaz o eficiente. Sin embargo, para nuestros políticos este análisis es incómodo porque no genera rédito en el corto plazo. De esta forma, el objetivo de la obra es solo construirla y no importan sus consecuencias. Se cumple entonces con el axioma del populista: “La política pública, en tanto sea visible, es viable”.

Vea el anuncio de la entrada en operación del bypass de 28 de Julio.