"¿Cómo ser más competitivos?", por Orlando Marchesi

El Foro Económico Mundial (WEF) publicó esta semana su Índice Global de Competitividad, en el que el Perú tuvo un retroceso de cinco posiciones respecto del año anterior. Esta caída era previsible, tomando en cuenta que no se han hecho aún reformas significativas y estructurales en el pasado inmediato que apunten a mejorar la competitividad del país.

No obstante, se notan ya esfuerzos del Gobierno por facilitar el avance de proyectos de infraestructura y eliminar trámites burocráticos. En minería, por ejemplo, se anuncian cambios para agilizar permisos, por lo que hay esperanza de que podamos mejorar posiciones a futuro. 

Pero ello no es suficiente. Nuestra mayor caída en el 2017 se registró en el pilar instituciones. La confianza en las instituciones, que ya era débil, fue afectada por los escándalos de corrupción dados a conocer recientemente. La corrupción es el factor más problemático para hacer negocios en nuestro país.

No obstante, podemos ver el vaso medio lleno. No es que este año seamos más corruptos que el año pasado, lo que está pasando –que es muy importante– es que estamos, como país, haciendo visible la corrupción y dejando de tolerarla. Tanto el Ministerio Público como el Poder Judicial están mostrando esfuerzos significativos en el caso Lava Jato, por lo que podríamos esperar que la desconfianza en las instituciones comience a cambiar en el futuro.

Tenemos mucho trabajo por delante, es verdad, pero también comienzan a verse los resultados de importantes esfuerzos en otros puntos. El país registró mejoras en cuatro pilares de dicho índice, entre los que destaca la innovación, la cual se ha convertido en una preocupación constante de las empresas privadas en su esfuerzo por lograr eficiencia, productividad y el desarrollo de mejores productos y servicios para sus clientes.

El Gobierno ha tomado nota y ha comenzado a innovar también. Como ejemplo podemos nombrar el portal Miki del MTC.

Mejorar nuestro índice de competitividad requerirá que sigamos dando impulso a la innovación, que desde el Gobierno se implementen medidas anticorrupción para los procesos de licitación, que fortalezcamos nuestras instituciones respetando su independencia, y que sigamos apostando por la educación escolar y superior, sin olvidar que tenemos otras tareas urgentes por resolver, como la muy necesaria reforma laboral y la formalización de la economía y el empleo. 

Con un 70% de informalidad en la economía no vamos a tener los recursos que se requieren para sacar adelante la agenda pendiente.

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