"Mamá multitasking", por Jimena de la Quintana
"Mamá multitasking", por Jimena de la Quintana
Redacción EC

La Dra. Shirley Burggraf, en su libro “The Feminine Economy and the Economic Man”, nos dice que uno de los grandes retos de este siglo es cómo crear un sistema económico que permita e incentive a todos los padres a invertir en sus hijos, tanto en lo emocional como lo financiero.

Hay una necesidad social obvia y una considerable motivación personal para las familias de producir hijos sanos, creativos, disciplinados, productivos y felices, pero es difícil hacerlo desde el punto de vista económico dado que requiere mucho tiempo y dinero. A pesar de que la familia es el sistema en el que la mitad de la humanidad, es decir, las mujeres, han trabajado a través de la historia, ha sido ignorada por los economistas que no han incluido el trabajo en el hogar como parte de la economía de mercado. 
 
La familia recibe cada vez menos recursos y tiempo. Los roles familiares son sacrificados por hombres y mujeres que invierten su tiempo y recursos en otro lugar. Esto está generando un crecientemente disfuncional, afectando la capacidad de creación de riqueza. Soluciones de mercado a los retos familiares no han sido consideradas aún porque no hay un mercado funcional para lo que los padres hacen, de acuerdo a esta innovadora autora. 
 
La familia no tiene actualmente una infraestructura legal para operar en una economía de mercado. Las personas no tienen derechos económicos como padres y no pueden reclamar los frutos de su “inversión parental”. Los padres que no tienen hijos, padres negligentes, que abusan y abandonan, que no pagan pensión de alimentos, tienen los mismos beneficios, en muchos casos más, en las ganancias que generará la siguiente generación a través de los sistemas de seguridad social, que los padres responsables, correctos y dedicados. 
 
Hablamos mucho de valores familiares, ¿pero qué valor le damos a la familia? Como dice la autora, no es muy romántico hablar de la familia como parte del sistema económico. La Dra. Burggraf nos reta a pensar que mientras que la sociedad nos dice públicamente lo importante que es la familia, el sistema económico envía mensajes muy distintos a los individuos privados. Según la autora, es hora de que la economía femenina sea reivindicada y sea parte del sistema de precios y contratos que ha caracterizado a la economía moderna. 
 
El en el hogar, en el voluntariado, cuidando y consolando a los enfermos no ha sido seriamente cuantificado y modelado econométricamente. Para las estadísticas económicas, nuestras abuelas que tenían más de cinco hijos y que trabajaban desde el amanecer hasta el anochecer cuidando a sus familias no hacían nada valioso con su tiempo y su contribución al era cero.

Concuerdo con la autora en que esto es inaceptable. Las innovaciones disruptivas propuestas por la Dra. Burggraf son parte del futuro. Por ejemplo, muy interesante es el dividendo a los buenos padres a través del sistema de seguridad social. Como dice Alan Wolfe, profesor de Boston University, este libro dice a los conservadores que si quieren promover valores familiares, tendrán que pagar por ellos, mientras que recuerda a los liberales y a las feministas que la familia es importante. Un libro valiente, intuitivo, audaz e inteligente, como casi todas las mujeres.