¿Ha llegado el fin del "milagro económico" de Perú?
¿Ha llegado el fin del "milagro económico" de Perú?
Redacción EC

A inicios del año, el consenso de analistas espera que la crezca 4,3% en el 2015. Con respecto a otros años, las proyecciones publicadas muestran una mayor dispersión, abarcando un rango que va desde 3,5% a tasas cercanas al 5,0%. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');

Un elemento interesante es que la mayor parte de los analistas mencionan que sus previsiones están fuertemente condicionadas a lo que ocurra con la confianza empresarial.

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En su clásico libro “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, el gran economista John Maynard Keynes se refirió a la confianza del sector privado (de los consumidores y de los inversionistas) en los siguientes términos: “Gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo…quizás la mayor parte de nuestras decisiones de hacer algo positivo […] solo pueden considerarse como el resultado de los espíritus animales, de un resorte espontáneo que impulsa a la acción […]”.

En particular, Keynes enfatizó el rol fundamental de la confianza en la toma de decisiones empresariales. Él consideraba que los proyectos de inversión de largo plazo enfrentan una gran incertidumbre, por lo que llevarlos a cabo solo podía ser el resultado de los espíritus animales (la confianza).

Las reflexiones de Keynes sobre la confianza amplían la visión que se tiene sobre esta variable y de su importancia para explicar las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica. Desde la perspectiva económica ortodoxa, el grado de confianza sobre el futuro es el resultado de un proceso racional, ya que la gente utiliza toda la información disponible para hacer sus mejores pronósticos, y sobre la base de ellos, tomar decisiones racionales. Pero lo que Keynes sugiere es que las decisiones empresariales son el resultado “de una urgencia espontánea para actuar”, y que, por lo tanto, no son puramente racionales.

En efecto, los agentes económicos pueden aceptar/descartar o procesar/no procesar cierta información y, en cualquier caso, actuar de manera irracional de acuerdo con sus expectativas sobre el futuro. Así, existe un componente psicológico en las decisiones de inversión de los empresarios que puede amplificar una expansión económica o una desaceleración.

Localmente, se viene percibiendo cierta apatía y desconfianza de los empresarios acerca del desempeño esperado de la economía peruana para el año, lo que los ha llevado a ser cautelosos con sus decisiones de expansión de negocios. Diversos factores explican la debilidad de los espíritus animales: la continuidad de datos de actividad decepcionantes, el ruido político y la tentación de medidas populistas que afecten nuestra productividad y competitividad, el bajo impacto de las medidas contracíclicas implementadas, así como las de aquellas para mejorar el clima de los negocios, el volátil contexto internacional, etc.

Desde luego, el gobierno y la clase política en general pueden hacer mucho más para evitar que algunos de los factores mencionados se exacerben y deterioren más la confianza empresarial. Pero el sector privado también tiene un rol importante. Si este cae en un pesimismo exagerado, que no toma en cuenta nuestras fortalezas, se contienen las decisiones de inversión y el crecimiento, efectivamente, será bajo (profecías autocumplidas). De la forma en la que se conduzcan estos dos actores dependerá que al cierre del año el crecimiento esté más cerca de un 5,0% que de un 3,5%.

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