Los mercados bursátiles cerraron 2018 con fuertes contrastes.| Créditos: Getty Images
Los mercados bursátiles cerraron 2018 con fuertes contrastes.| Créditos: Getty Images
José Larrabure

El 2018 fue un año bastante retador para los inversionistas, ya que la volatilidad de los se incrementó exponencialmente, incrementó el riesgo geopolítico, la empezó a mostrar signos de desaceleración, mientras que la continuó con su política de subida de tasas. Esto hizo que el sentimiento del mercado se torne bastante negativo y tienda a sobrerreaccionar ante cualquier señal negativa de la economía o del mercado. El Perú no estuvo ajeno a este incremento en el riesgo global: la bolsa y el sufrieron.

El 2019 no será un año fácil de leer. Definitivamente estamos entrando en la etapa final de uno de los ciclos económicos expansivos más largos que se tengan registrados y estos momentos siempre generan incertidumbre entre los mercados de capitales.



A nivel global considero que la gran variable que determinará los retornos del año es si la economía norteamericana se desacelera a tal punto de entrar en recesión. Generalmente las recesiones en EE.UU. han sido precedidas de una política de tasas restrictiva por parte de la FED. Y si bien las tasas han venido subiendo, no han llegado a niveles que pudieran ser considerados restrictivos para la economía. Adicionalmente, algunos indicadores claves como la data de empleo siguen estando muy sólidos, lo cual podría indicar que aún estamos lejos de un ciclo recesivo.

Por otro lado, encuentro grandes posibilidades de una desaceleración moderada causada en buena parte por la dilución del efecto del impulso fiscal del año pasado, así como por el impacto de las mayores tasas en el sector inmobiliario. Seguramente veremos a una FED bastante más cauta en su política monetaria y mi expectativa es que habría una o dos subidas de tasa como máximo durante el 2019. Un escenario de menor crecimiento pero sin recesión y tasas más estables en los mercados desarrollados son factores muy positivos para los mercados emergentes. En ese contexto, considero que el dólar tocó su pico a fines del 2018 y lo que veremos este año será cierta estabilización, con lo cual los grandes fondos globales se sentirán más cómodos en volver a los mercados emergentes en búsqueda de mayores retornos.

Inclusive el crecimiento esperado para el mundo podría sorprender ligeramente al alza dependiendo de dos factores: un acuerdo comercial entre China y EE.UU. y el impacto de las medidas de estímulo recientemente implementadas por el gobierno chino. Serían los mercados emergentes los más beneficiados y entre ellos el Perú podría beneficiarse por un potencial rebote en los precios de los metales y un flujo positivo de capitales del exterior, lo que podría dar el soporte para un alza (moderada) general en la BVL y un tipo de cambio con tendencia hacia S/3,25.

Dicho esto, los activos de riesgo, como los mercados de acciones que han sido bastante castigados en el 2018, podrían tener un rebote importante en el 2019, con China y Brasil a la cabeza. Riesgos como un desenlace negativo del ‘brexit’ o un rompimiento en las negociaciones comerciales entre EE.UU. y China son una posibilidad y traerán ruido pero no están dentro de mi escenario base para este 2019.