Financial Times: Los colegas y jefes no son familiares
Financial Times: Los colegas y jefes no son familiares
Redacción EC

Lucy Kellaway
Columnista de management de Financial Times

La semana pasada leí un correo electrónico de un joven lector, pidiéndome que le compartiera el consejo más sabio que yo hubiera recibido.

Lo pensé por un rato, pero no se me ocurría ningún consejo. Mis padres no eran las típicas personas que dispensaban consejos para toda ocasión, aunque mi padre a veces citaba con pesimismo a G K Chesterton mientras intentaba reparar la vajilla rota: “Si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo mal”.

Durante las últimas dos décadas me he visto inundada por consejos de líderes de negocios en libros, blogs, artículos y entrevistas, pero ninguno se me ha pegado. El único consejo que recuerdo vino de la recién fallecida Helen Gurley Brown: “Lo que tienes que hacer es trabajar con la materia prima que tienes, es decir, tú misma, y nunca desistir”.

Admiro el sentido común de esto aunque no estoy segura que aguante un análisis detallado. Decir que tú eres tu propia materia prima no ayuda mucho pues  ¿quién más iba a ser? Y decir que nunca debes desistir es demasiado inexorable. Yo prefiero alguna dirección sobre cuándo es mejor desistir y cuándo no.

Buscando algo mejor, me fui a Linkedin, que ha publicado una colección de los mejores consejos de sus “influyentes”,  los grandes nombres que escriben blogs en el sitio solo por la gloria de hacerlo.

He aquí una selección de sus consejos: “Crea una situación en la que todos puedan ganar”; “Sigue tu cabeza, tu corazón y tus manos”; “Aprende a contar historias”; “Quédate en el juego”. Aunque son tristemente débiles, por lo menos estos enunciados son inofensivos, lo cual es más de lo que se podría decir de la mayoría de los consejos.

Muchos son tan peligrosos que uno teme por los cientos de miles de usuarios de Linkedin que aparentemente se los han tragado.

Una persona aconseja: “Está bien no saber”. Al contrario, no está nada bien. Pensemos en Paul Flowers, ex director del Co-operative Bank, quien compareció ante el comité selecto del Tesoro el año pasado. No estaba ni remotamente bien que no supiera que la organización tenía ₤47 mil millones en activos y que pensara que tenía solo ₤3 mil millones.

“Conocerse a sí mismo es la clave del éxito”. De nuevo, no es verdad. Como apuntó Oscar Wilde, solo los superficiales pueden llegar a conocerse.

“Los grandes líderes dicen ‘nosotros’”. Tampoco es verdad. Los grandes líderes dicen ‘yo’. Lideran y toman responsabilidad por lo que hacen.

“Cuando las cosas van mal, vete a hacer surf”. Quizás si uno ha acumulado tanto dinero como el socio de Sequoia Capital que ofreció este consejo, uno puede darse el lujo de irse a la playa cuando llega el golpe de la calamidad. A los demás nos convendría más quedarnos y solucionar el problema.

El único buen consejo viene del director de Yahoo, quien dice: “Tengo 58 y me quedan los mejores años por delante”. Sin embargo, me parece cruel enviárselo a un lector joven. A nadie le interesa pensar que mañana será un buen día, cuando mañana queda tan lejos.

Abandoné Linkedin y me dirigí en vez a una edición de prueba de un libro que me habían enviado con los mejores consejos de figuras famosas. Enseguida las cosas mejoraron. El primer consejo que encontré decía: “No se debe ser demasiado arrogante; quien piense que va a ganarlas todas terminará siendo un gran perdedor”.

Esto me gusta muchísimo. Contiene sabiduría y fuerza. Solo hay un problema. La persona que lo dijo era Donald Trump, probablemente el hombre más arrogante del mundo.

Su cita viene de una ingeniosa colección por Zac Bissonnette de palabras (más o menos) sabias de personas que aparentemente y de forma espectacular decidieron no seguirlas.

Otros grandes consejos incluyen este de Dick Fuld de Lehman Brothers: “Cuando sabes de lo que hablas, otros te seguirán, porque es prudente seguirte”. Y aun más aterrador, este consejo de O J Simpson: “El día que asumas completa responsabilidad por ti mismo, el día que dejes de buscar pretextos, ese es el día que comenzarás a subir”.

El libro nos dice algo importante sobre los consejos en general. Desde el punto de vista de quienes hacen estas declaraciones, estas no deben seguirse en lo más mínimo. De hecho, son enunciados de posicionamiento que le dicen al mundo cuáles son los valores que creen poseer los que los imparten.

Desde la perspectiva de quien recibe los consejos, no hay problema; nadie sigue los consejos de los demás. Como apuntó John Steinbeck: “Nadie quiere consejos, solo corroboración”.

Aun así, no voy a dejar a mi joven amigo con las manos vacías. En vez, he redactado mi propio enunciado de posicionamiento. No siempre lo he seguido, pero cuando me he apartado de él (como describí en una columna la semana pasada) lo he lamentado.

Mi consejo dice así: “Si alguna vez encuentras una zona donde te sientes cómodo, no se te ocurra salir de ella. Quédate ahí”.