Más que hogares dignos, por Gustavo Rizo Patrón

Por: Gustavo Rizo Patrón, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI)

Las tragedias ocurridas en Ecuador, Uruguay y Chile han sacudido una vez más nuestra conciencia respecto a cuán preparados estamos para una catástrofe. Si cualquiera de esos fenómenos hubiese ocurrido en nuestra capital, por poner el ejemplo más moderno de ciudad en el Perú, tendríamos muchísimo que lamentar. 

El 70% de viviendas en Lima está construida de manera precaria, muchas veces sin planos, producto de la dificultad de acceso formal a una vivienda digna en el Perú. 

En ese sentido, saludamos el incremento del bono familiar habitacional (BFH) por parte del gobierno, pero dar esta medida aisladamente no resuelve el problema. Es necesario que se incremente el valor tope de la vivienda para que pueda aplicarse con efectividad el nuevo BFH.

Parte importante de los costos de una construcción de una vivienda la constituye el piso, y eso impacta negativamente en la posibilidad de construir una vivienda digna con precios menores o iguales a 20 UIT por unidad –el tope del BFH–. No tomar en cuenta esto nos llevaría a seguir con el mismo problema: la autoconstrucción sin seguridad técnica. 

Sabemos que implementar esta mejora no depende solo del Ministerio de Vivienda, sino también del MEF y del Congreso de la República, que deberían tener en cuenta el beneficio global de una medida como esta. El impacto en otros sectores pasa desapercibido bajo una mirada superficial, pero aquí los resaltamos: 

1. Salud: las familias dejarán de tener un piso de tierra para tener uno de concreto. Esto reducirá las enfermedades y evitará mayor gasto en la salud pública. Con la reducción del gasto corriente, se puede mejorar la infraestructura del sector. 

2. Agua y desagüe: poseer estos servicios es indiscutiblemente básico, por las mismas razones del punto anterior. 

3. Luz eléctrica: permitirá reducir desgracias en los hogares producto de incendios por descuidos, pero, particularmente, permite tener mejor calidad de estudio para los niños que van a la escuela. 

4. Seguridad: esta oportunidad de mejora permite reducir el problema de delincuencia, que no solo se corrige con más policías, armas y cárceles, sino también con mejor calidad de vida para los ciudadanos. 

5. Más trabajo: la construcción y edificación genera alta demanda de mano de obra, y esto es de suma importancia para el crecimiento del país por su contribución al incremento rápido del PBI y, por lo tanto, para la reducción de la pobreza. 

El incremento del tope es, pues, un importante complemento a la norma que este gobierno podría implementar y no quedar esta medida otorgada a medias. 
De no lograrse, será una de las primeras tareas del próximo gobierno, siempre que esté en su prioridad darle una vivienda digna a los ciudadanos más necesitados.