Banco Central de Reserva del Perú (BCR). (Foto: Andina)
Banco Central de Reserva del Perú (BCR). (Foto: Andina)

En el 2019 el entorno financiero para las empresas peruanas se ha tornado bastante favorable. Tanto las de préstamos en soles y dólares como el se mantienen relativamente estables. En general, estas condiciones favorecen el crecimiento de la y, por lo tanto, impulsan el del crédito. No obstante, lejos de acelerarse, el alza del crédito empresarial se ha desacelerado en los últimos 12 meses. 

En el último año, las tasas de interés para préstamos al segmento corporativo y gran empresa se mantienen bajas y en niveles favorables a la inversión. Aquellas para préstamos a más de un año se han reducido en más de 50 puntos básicos (pbs.) y registran su menor nivel en más de cinco años. Además, las tasas para préstamos en dólares se han reducido ligeramente o se han mantenido estables durante el 2019.   



¿A qué se debe este buen entorno financiero? Principalmente al bajo costo de fondeo (de corto plazo y largo plazo) para las entidades bancarias. Durante los últimos 16 meses, el BCR ha mantenido su tasa de referencia en su nivel más bajo en nueve años (2,75%). Así, las tasas corporativas para préstamos de corto plazo en esta moneda, muy sensibles a los movimientos de la tasa de referencia del BCR, se han reducido considerablemente.  

Asimismo, los costos de financiamiento a largo plazo también han disminuido. Los rendimientos de los bonos soberanos peruanos a 10 años se han reducido 90 pbs. Ello como consecuencia de la mayor demanda de bonos soberanos ante menores tasas de interés en mercados internacionales y la fortaleza macroeconómica de nuestro país. 

No obstante, esta oportunidad de buenos costos de financiamiento parece no estar siendo aprovechada al 100% por la mayoría de las empresas para sus planes de inversión. Desde mediados del año pasado, el crecimiento del crédito corporativo y gran empresa se está desacelerando. Esto se explicaría principalmente por la lenta recuperación de la inversión privada no minera y la desaceleración de las ventas en el segmento corporativo.  

Primero, la inversión privada no minera se está recuperando lentamente. Los emprendimientos empresariales excluyendo el sector minero, recién habrían crecido en el 2T2019 cerca de 2%, luego de haber caído 1%, en promedio, entre el 3T2018 y el 1T2019. Esto como reflejo, en parte, de la alta incertidumbre y conflictividad y de la falta de agilidad en la gestión pública. Ello ha generado lentitud en el destrabe de proyectos claves. 

Segundo, las ventas de las empresas se habrían desacelerado en lo que va del año. El PBI no primario habría crecido cerca de 3%, a un menor ritmo que en el 2018. Además, el consumo de los hogares habría moderado su ritmo de expansión respecto al 2018, lo que habría incidido también sobre el resultado de las ventas de las empresas corporativas.  

Así, para que el crédito empresarial crezca más y las empresas aprovechen la oportunidad de bajos costos de financiamiento, se requiere de mejoras en el frente político y de que se sumen nuevos motores de crecimiento –más allá de la inversión minera–. Sin estos dos factores, será difícil esperar que los empresarios aceleren sus planes de inversión en lo que queda del año.