

Nada expresa mejor la naturaleza social de los seres humanos que su inclinación a intercambiar bienes, servicios, información y favores. El mercado es el instrumento que permite el intercambio de los bienes y servicios que pueden ser medidos y, con ello, explota una enorme cantidad de posibilidades de complementariedad. En tal sentido, el mercado es cooperación.
Dos elementos le otorgan eficiencia. Por un lado, el sistema de precios, que provee las señales para decidir cuánto se produce y se compra. Y por otro lado, la competencia, que incentiva la productividad y previene el abuso en la fijación de precios.
El enemigo del mercado es la explotación, que es el instrumento alternativo con el que cuentan las personas para conseguir sus fines, y desplazan el intercambio voluntario. El robo, la extorsión, el abuso y el engaño son ejemplos de enemigos de fuente privada. Los controles de precios, los límites arbitrarios a la inversión y al empleo, las amenazas de confiscación, las trabas al comercio y otras formas de proteccionismo son enemigos de fuente estatal.
La experiencia internacional de los últimos dos siglos indica que los países que limitan la explotación y promueven el mercado tienden a ser más prósperos. Este es el caso de los países del bloque de la OCDE, que cuentan con un PBI per cápita promedio que es casi el triple que el del resto de países del mundo.
En el Perú, la economía de mercado enfrenta múltiples amenazas. Uno, el crimen violento, que desincentiva y desplaza la actividad productiva. La cifra de homicidios reportada por Sinadef se ha triplicado entre el 2017 y el 2024, y estos se han tornado más violentos. Dos, las barreras al crecimiento de las empresas, que son un impedimento para que sean más productivas y compitan en el mercado formal. Estas barreras se materializan en la forma de regulaciones laborales rígidas y onerosas, un sistema tributario que incentiva el enanismo empresarial, un sistema burocrático que con frecuencia se torna extorsivo, transferencias excesivamente costosas, provisión deficiente de seguridad y justicia, entre otros. Tres, la cultura del favoritismo, que es una barrera adicional para las empresas
eficientes e incentiva la búsqueda de privilegios legales e ilegales. Las pérdidas de recursos producto de la corrupción superron los S/ 24 mil millones en 2023, lo que incluye el desvío de recursos asociados al favoritismo, pero no considera los daños a la cultura meritocrática, a la competencia y al funcionamiento del mercado. Cuatro, el bajo cumplimiento de la ley, lo que promueve la arbitrariedad y perjudica la legitimidad de nuestras instituciones.
El empuje vital de los individuos es una fuerza poderosa que ha llevado a la humanidad a niveles de prosperidad y bienestar inimaginables hace apenas 200 años. La diferencia entre las sociedades radica en encauzar correctamente esa energía, limitando la explotación para favorecer el intercambio voluntario. Para conseguirlo, es necesario que el Estado combata el crimen, ofrezca servicios eficientemente, promueva la meritocracia, destierre la corrupción y vele por el cumplimiento de la ley.
Contenido sugerido
Contenido GEC


“Por favor, tengan piedad”: una latina en Florida enfrenta multa de 1.8 millones de dólares por no haber abandonado Estados Unidos cuando recibió la orden de deportación
MAG.
Calendario escolar en Florida: ¿cuándo es el último día de clases en cada condado?
MAG.
“Regresar a Venezuela no es nada seguro”: venezolanos en el sur de Florida reaccionan al fin del TPS
MAG.
Florida propone reanudar la caza de osos negros tras ataque mortal: crece la polémica
MAG.