
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”: es una frase asociada a películas de Marvel, sin embargo, tiene sus raíces en la antigüedad, remontándose al siglo primero antes de cristo. Aunque originalmente se usaba en referencia a la espada de Damocles, se aplica en diversos contextos y nos recuerda la importancia de actuar de manera proporcional, legítima y racional, ya que el mal uso del poder puede causar daños significativos.
El pasado 27 de febrero se conmemoró el “Día de la Lucha contra el Hostigamiento Sexual en el Ámbito Laboral”, una fecha destinada a sensibilizar y fomentar espacios de discusión sobre este tipo de violencia. Desde febrero de 2003, está vigente la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual (Ley 27942), junto con sus normas reglamentarias, las cuales han sido actualizadas y modificadas para ofrecer una protección más eficaz.
"Aunque el hostigamiento sexual laboral puede ocurrir entre pares, es preocupante que un 35% de los hostigadores son jefes o tienen personal a su cargo, según el MTPE".
Aunque el hostigamiento sexual laboral puede ocurrir entre pares, es preocupante que un 35% de los hostigadores ocupen puestos de jefatura o tengan personal a su cargo, según datos del 2019 al primer trimestre de 2024 del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Esto resulta aún más alarmante cuando se contrasta con el hecho de que solo poco más del 2% de la planilla electrónica nacional ocupa un puesto ejecutivo. Asimismo, esta cifra podría ser aún mayor en el sector público, considerando las denuncias sobre presuntas redes de favores laborales a cambio de favores sexuales en el Congreso, gobiernos regionales, locales y ministerios.
Dada esta realidad y el impacto que puede tener un jefe dentro de una organización es crucial que, además de cumplir con las obligaciones legales de capacitar, tener un comité de hostigamiento sexual y difundir canales de atención, se trabaje con aquellos puestos de jefatura para generar una mayor conciencia sobre situaciones de riesgo. Es fundamental que los líderes asuman una posición activa en la creación de espacios de trabajo seguros, recordando siempre la gran responsabilidad que conlleva su poder. Sus acciones son las que marcan la pauta y transmiten la cultura organizacional. Algunas alternativas que podrían implementarse o reforzarse, según sea el caso, serían: a) Capacitaciones especializadas: a través de programas específicos para líderes y jefes, enfocándose en la identificación y prevención del hostigamiento sexual; b) Evaluaciones periódicas: realizando evaluaciones de los ambientes laborales para identificar posibles riesgos y áreas de mejora y c) Canales de denuncia anónimos: estableciendo estos canales para que los empleados se sientan seguros al reportar casos. Asimismo, se debe fomentar una cultura organizacional que valore el respeto y la igualdad, y rechace cualquier forma de hostigamiento. Y finalmente, la transparencia y rendición de cuentas asegurará que los procesos de investigación y las sanciones sean transparentes y los responsables rindan cuentas de sus acciones.
"Los líderes deben asumir una posición activa en crear espacios de trabajo seguros, recordando siempre la gran responsabilidad que conlleva su poder".
Estas medidas no solo ayudarán a prevenir el hostigamiento sexual en el trabajo, sino que también contribuirán a crear un ambiente laboral más seguro y respetuoso para todos.