(Foto: Reuters)
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La semana pasada se presentó en la Universidad del Pacífico el Estudio Multidimensional del Perú, producido por la OCDE, que analiza los principales desafíos para el desarrollo en el país.

El volumen I de este estudio realizaba un diagnóstico amplio teniendo como objetivo un desarrollo sostenible e incluyente en el país, y el volumen II presentó un análisis detallado y recomendaciones en tres áreas fundamentales para alcanzar el objetivo: el fomento de la productividad y la diversificación económica, la mejora de la conectividad en y la promoción del empleo formal.

En el caso de la conectividad en transporte, el informe analiza diversos indicadores sobre los costos de transporte, desempeño logístico e infraestructura del transporte y claramente muestran un retraso del Perú, respecto de los miembros de la OCDE.

En particular, resalta la necesidad de un plan nacional de transporte que defina las políticas prioritarias y, en particular, sobre la importancia de desarrollar una política nacional para la movilidad urbana.

Además, pone énfasis en los beneficios de la gobernanza a través de una autoridad única de transporte metropolitano (cuyo proyecto de ley sigue en el Congreso esperando ser promulgado desde julio pasado), así como la necesidad de tomar acciones para aprovechar los beneficios de ser una ciudad-puerto.

Según la OCDE, las mejoras en la movilidad urbana serán fundamentales para elevar el nivel de vida de la población y para alcanzar las metas de sostenibilidad e inclusión. Esto requerirá una orientación y apoyo por parte del gobierno nacional, que deberá desarrollar la inexistente política de movilidad urbana.

Otra propuesta importante tiene que ver con la creación de un observatorio logístico a través de una alianza público-privada con apoyo de la academia. El observatorio requiere de un plan de negocios bien definido que delimite sus funciones, acompañado por una gobernanza independiente y el liderazgo y apoyo de agencias gubernamentales e internacionales.

El foco debe ir a facilitar la recolección de datos claves para monitorear indicadores comerciales relevantes y mejorarlos. Por último, proponen el fortalecimiento de la metodología de evaluación de proyectos para capturar los beneficios sociales (caminar o bicicleta) y ambientales (contaminación) y la divulgación de los beneficios indirectos del transporte.

Es muy común que en el Estado se sigan tomando decisiones débiles debido a que las autoridades no reconocen los vínculos entre las inversiones en infraestructura y los objetivos socioeconómicos más amplios.

Así, por ejemplo, indica el estudio, se podría crear un área de almacenamiento de camiones y otros proyectos con un análisis costo-beneficio completo para aliviar los cuellos de botella en el puerto del Callao.

Por eso, si queremos ser parte de la OCDE debemos concentrarnos en las verdaderas reformas que necesita el país e implementarlas con urgencia. Una de ellas es el transporte.

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