En medicamentos innovadores, Argentina y luego Perú serían los países con menores precios. (Foto: EFE)
En medicamentos innovadores, Argentina y luego Perú serían los países con menores precios. (Foto: EFE)
Redacción EC

Como lo ha demostrado un estudio realizado por , en 9 de cada 10 posibilidades se ofrece un medicamento de la marca de la cadena de boticas, fabricado por laboratorios vinculados a su mismo grupo económico, y que generan un gasto hasta 10 veces mayor que si se adquiriera .

El Estado ha presentado un proyecto de Ley 04494/2018-PE para garantizar el abastecimiento de genéricos, tanto en los establecimientos públicos como privados, lo cual es un primer paso, pero solo solucionaría parcialmente el problema.

-
-

Las grandes farmacias pueden efectivamente mantener ese stock, pero al mismo tiempo pueden seguir ofreciendo al consumidor solo medicamentos de sus laboratorios vinculados que son más caras.

Frente a ello, el consumidor se encuentra parcialmente indefenso, porque si bien cuenta con la prescripción en denominación común internacional (DCI) -el nombre del compuesto del medicamento puesto en la recetado-, no es especialista ni cuenta con la suficiente información -no se permite hacer publicidad de medicinas- ni tiempo para buscar alternativas más accesibles.

Por ello, es imprescindible prohibir los incentivos a dependientes que sesgan la oferta en perjuicio del consumidor, como ha ocurrido en Chile. En ese sentido, ya existe un dictamen del proyecto de Ley 3692/2018-CR, presentado por el congresista Fredy Sarmiento en la Comisión de Defensa del Consumidor del Parlamento, que esperamos pronto sea discutido.

Por otro lado, entre representantes de laboratorios y algunos congresistas, se ha venido señalando que debe completarse la lista de medicamentos que demuestren intercambiabilidad, antes de exigir o promover el mayor uso de genéricos.

En efecto, es necesario e indispensable que el Perú cuente con el mayor número de medicamentos que demuestren intercambiabilidad ya sea por estudios de bioequivalencia o estudios in vitro, cuando corresponda, de tal manera que el consumidor tenga la plena certeza que un producto es 100% intercambiable. Pero esto es un proceso largo y costoso. Chile, por ejemplo, lleva ya más de diez años en este proceso y aún no cubre el 100% de su oferta de medicamentos.

Dado que esto no es inmediato, algunos laboratorios buscan que el mayor número de medicamentos pueda certificar la intercambiabilidad, aun cuando ello demore, solo para tener una ventana de protección de algunos años sin competencia directa para sus productos de marca (más caros que los genéricos en DCI). Otros en cambio, buscan evitar que la norma de intercambiabilidad avance, pues los obligará a que sus productos alcancen dichos estándares, involucrando una mayor inversión.

El proceso para demostrar intercambiabilidad debe continuar bajo los mejores estándares técnicos, pero de ningún modo este proceso debe restringir la oferta de otros productos genéricos. De suceder, se reducirá la oferta y los precios no solo no bajarán -como sucede hoy- sino hasta pueden aumentar en el tiempo, ante una menor oferta generada por la regulación de intercambiabilidad.

Si queremos que se ofrezcan medicinas a precios competitivos a la población, entonces i) no se debe utilizar la intercambiabilidad como un pretexto para contener la oferta de genéricos, ii) como lo ha propuesto el gobierno debe asegurarse el abastecimiento de genéricos en hospitales públicos así como también en el sector privado, y iii) eliminar los incentivos a los dependientes de las boticas para vender solo marcas de laboratorios vinculados económica o comercialmente. Se necesita aplicar varias ‘medicinas’ a la vez.