(Foto: El Comercio)
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Redacción EC

Como todos los años, este 15 de diciembre vence el plazo para recibir el pago de la segunda del 2018, la misma que puede ser útil para ayudarnos a mejorar el estado de nuestras .

Este beneficio laboral es equivalente a uno o medio sueldo, en función del régimen laboral en el cual se encuentre la persona. Asimismo, está libre de descuentos e incluye una bonificación entre 6,5% y 9%, dependiendo si la persona tiene EPS o está afiliada a Essalud.

En este sentido, Fernando Ruiz, CFO de Kambista, casa de cambio digital peruana, recomienda distintas formas de utilizar la gratificación.

Es probable que el mejor uso que se le pueda dar a este dinero extra sea pagar o prepagar deudas, las cuales, a través de las cuotas que tenemos que pagar mensualmente, comprometen fuertemente nuestros ingresos futuros. Por ello, amortizar las deudas o pre-pagarlas ayudará a tener un poco más de tranquilidad en el futuro y más dinero disponible mensualmente.

Siguiendo esta línea, es importante entender cómo funciona un préstamo para visualizar de qué manera podría pre-pagarse.

►Generalmente un préstamo tiene un esquema de cuota fija, es decir, un monto fijo mensual que contiene dos partes: el interés y el resto se destina a pagar el saldo de la deuda.

►El interés se calcula sobre el monto que aún se debe a la fecha; por tanto, mientras más deuda restante exista, se paga más interés. Esto quiere decir que, al ser el pago mensual fijo, incluye menos repago de deuda. 

►En consecuencia, al comienzo del préstamo se paga más intereses mensualmente que al final del préstamo, cuando ya con parte de los pagos mensuales se ha reducido el saldo de la deuda.

Si una persona pre-paga su deuda con el dinero extra que recibirá hasta este 15 de diciembre, ese pago irá directamente contra el saldo de la deuda, no contra los intereses, provocando que el saldo restante por pagar baje y, por lo tanto, bajen los intereses de nuestras cuotas futuras.

De esta forma, se podría terminar de pagar la deuda antes o podría pagarse en el mismo tiempo, pero pagando una cuota menor cada mes y teniendo, en cualquiera de los dos casos, un alivio financiero y menor riesgo de comprometer nuestros ingresos futuros.

Por otro lado, una buena alternativa también es ahorrar, mediante un depósito a plazo, por ejemplo. La principal diferencia entre este y una cuenta bancaria de corriente o de ahorros es que el primero no permite retiros de dinero previos al vencimiento del plazo del mismo, sin afrontar una penalidad; mientras que, en cuentas bancarias comunes, el dinero se encuentra a la libre disposición.

Asimismo, esto se ve compensado por un interés significativamente mayor al que se percibiría en una cuenta bancaria promedio. En consecuencia, una persona podría empezar a construir un ahorro que le permita afrontar contingencias a o necesidades inesperadas en el futuro.

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