La "generación Y" comprende a las personas nacidas entre 1970 y 1995, a quienes también se les conoce como "millenials" debido a que llegaron a la edad adulta durante el cambio de milenio. Se caracterizan por ser jóvenes que se encuentran en la etapa laboral o por ingresar a la misma, pero en muchos casos presentan un alto índice de endeudamiento.
Este problema de sobreendeudamiento se genera por una mala administración de sus recursos, donde muchas veces gastan más de lo que ganan, produciendo a largo plazo deudas acumuladas con altos intereses que llegan a encarecer los préstamos hasta hacerlos casi imposibles de pagar en el corto plazo. Para evitar caer en esta situación, Álvaro Rivas, Jefe de administración de Kobsa, recomienda lo siguiente:
1.- Informarse sobre el producto financiero: Antes de adelantarse a solicitar un importe determinado, es relevante conocer al detalle sobre las condiciones del producto adquirido como número mínimo y máximo de cuotas, tasa de interés, costos adicionales en caso de caer en mora, entre otros datos importantes que nos ayuden a ser un buen pagador y no tener problemas de riesgo crediticio.
2.- Determinar un presupuesto: Es importante identificar cuáles son tus necesidades y qué proporción de tus ingresos mensuales cubre cada una de éstas; de esta manera podrás ahorrar con algún objetivo, evitarás gastar de más y menos aún utilizar productos financieros para cubrir gastos que no puedes pagar con tu sueldo.
3.- Analizar las necesidad de endeudarte: Antes de adquirir un producto financiero hay que pensarlo muy bien por lo que es necesario hacer un análisis del por qué deseas tener una deuda a mediano o largo plazo. Si es por estudios o para adquirir algún bien inmueble, evalúa con tu asesor financiero cuál es mejor préstamo que se adecúe a tus necesidades.
4.- Evitar pagar los gastos sin recursos propios: Muchas veces tener un producto financiero y no saber cómo manejarlo, puede generar deudas que se vuelven impagables (en el corto plazo) debido a que gastamos de más. Por ejemplo, al no contar con efectivo y continuar realizando gastos corrientes o pequeños con la tarjeta de crédito; hecho que nos perjudica debido a que cada vez que usamos nuestra tarjeta estamos comprometiendo aún más nuestros futuros ingresos.
5.- Ser responsables: Finalmente, al momento de adquirir una obligación financiera (deuda), ante todo debemos ser responsables, y sobre todo destinar un porcentaje de nuestros ingresos para cumplir con esas obligaciones crediticias.