Quizás no a pocos les haya pasado que al contratar un producto financiero, le queden muchas dudas sobre cómo funciona éste. Sin embargo, usted debe tener en cuenta que las entidades del sistema financiero están obligadas a brindarle la información que usted requiera.
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Por ejemplo, ha recibido esas llamadas que le ofrecen préstamos, digamos, "¿a una tasa de 1% mensual?" Tenga en cuenta que en ese caso no se trata de un dato comparable. Usted tiene todo el derecho -y las entidades tienen la obligación- de preguntar la tasa efectiva anual, el número de cuotas que pagará, la tasa de costo efectivo anual (aquella que incluye los costos adicionales del producto financiero), la tasa por mora y todo lo concerniente al producto que esté por adquirir o que le estén ofreciendo.
Sin embargo, debe tener en cuenta también que hay productos sobre los cuales la información no es homogénea. Por ejemplo, en una tarjeta de crédito, usted puede pedir la TEA, y si requiere la TCEA, esta última tiene que tomar como supuesto algunos datos. También en el caso de tarjetas de crédito, usted puede preguntar cómo se realizan los cálculos de intereses, de montos mínimos, etc.
Los pedidos de información también aplican para productos pasivos, como las cuentas de ahorro. Usted tiene derecho a que se le dé información sobre cuánto dinero le van a rendir sus depósitos luego de cierto tiempo. Y si se trata de una cuenta que cobra mantenimiento mensual, no olvide preguntar desde qué monto obtendrá ganancias.