Entre los riesgos más importantes que pueden afectar el abastecimiento de este servicio destacan la ocurrencia de un sismo de gran magnitud, así como los fenómenos climáticos, como El Niño, sequías o inundaciones, que terminan por alterar significativamente la disponibilidad de agua. (GEC)
Entre los riesgos más importantes que pueden afectar el abastecimiento de este servicio destacan la ocurrencia de un sismo de gran magnitud, así como los fenómenos climáticos, como El Niño, sequías o inundaciones, que terminan por alterar significativamente la disponibilidad de agua. (GEC)
/ MARIO ZAPATA
Élida Vega Córdova

Según estimaciones del Fondo de Agua para Lima y Callao (Aquafondo), existe una alta probabilidad de que en los próximos 10 a 15 años se produzca una crisis hídrica en nuestra capital.

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En ese sentido, la organización que forma parte de la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, advierte que Lima, con 10,5 millones de habitantes y un 44% del PBI nacional, enfrenta riesgos significativos que pueden impactar en el normal abastecimiento de utilizado por el tejido productivo.

“El impacto económico y social de una crisis hídrica es significativo y particularmente complicado en espacios urbanos de muy alto crecimiento poblacional y ubicación de sectores productivos, como Lima, que se desenvuelve en un contexto de alta vulnerabilidad hídrica”, señala en su estudio “Crisis de agua: una amenaza silenciosa para el desarrollo económico”.

DE RIESGO ALTO

De acuerdo con los hallazgos de Aquafondo, los sectores que enfrentan alto riesgo se encuentran en el rubro de servicios y manufactura. En servicios destacan los de gobierno, enseñanza y comercio, especialmente importantes en el caso de Lima.

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Mientras que en el sector manufactura se ubican en situación de alto riesgo las ramas de alimentos, bebidas, textiles, metales, químicos y petróleo.

Considerando que las ramas de producción en alto riesgo representan el 92% del consumo total de agua, e implican el 55% del empleo de la ciudad, el impacto estimado en el empleo equivaldría a una pérdida de más de 35.000 puestos debido a la contracción de la producción por la crisis hídrica. Esto indica que “gran parte de la actividad económica de la ciudad enfrenta alto riesgo hídrico”.

El impacto de una crisis hídrica en nuestra economía, según Aquafondo, se agudiza considerando que más del 40% del PBI se concentra en Lima.
El impacto de una crisis hídrica en nuestra economía, según Aquafondo, se agudiza considerando que más del 40% del PBI se concentra en Lima.

Al respecto, Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo, señala que debido a que en algunos sectores económicos la dependencia es más clara, muchas empresas han empezado a tomar especial atención a esta problemática no solo por cuestiones ambientales sino también económicas porque podrían sufrir pérdidas millonarias al parar la producción debido a la escasez de agua o al deterioro de la calidad del agua que consumen.

A pesar de esos riesgos, la especialista muestra preocupación porque en los sectores menos afectados todavía no se logra comprender la importancia que tiene este recurso para su funcionamiento. Por eso no duda en afirmar que “ningún comercio o empresa de servicios podría funcionar adecuadamente si no contaran con agua en sus instalaciones”.

Refiere que aunque los efectos más notorios pueden ser los económicos, la salubridad de los negocios también está en peligro; y los riesgos son compartidos porque generan una especie de onda expansiva debido a que los déficits de producción en cualquier sector generan desempleo, lo que profundiza el caos social y la pérdida de ingresos.

“El agua es el motor de la economía, y a pesar de eso no somos capaces de ver con claridad el efecto de su disminución o de su ausencia. Es el principal insumo en procesos productivos y de ella no solo depende la industria de las bebidas y de los alimentos sino el sector comercial en sus actividades cotidianas”, señala convencida de que “una crisis de agua en Lima es una amenaza para el desarrollo económico de nuestro país”.

IMPACTO DISTRITAL Y ECONÓMICO

El estudio de Aquafondo también ha identificado los distintos niveles de riesgo hídrico de acuerdo a la ubicación territorial de las empresas en los distritos de Lima y Callao.

Así, los distritos con alto niveles de riesgo hídrico por consumo total de agua se ubican, mayormente, en la parte central y norte de la ciudad, como Ate, Lima (Cercado), Carabayllo, San Juan de Lurigancho, Independencia, Los Olivos, San Martin de Porres y el Callao.

También figuran entre los distritos con alto riesgo La Molina y Santiago de Surco, así como Miraflores y San Isidro. “En conjunto, los distritos con alto riesgo hídrico concentran el 70% del consumo total de agua por toda fuente”, advierten.

Los distritos con alto riesgo hídrico concentran el 70% del consumo total de agua por toda fuente (Sedapal y aguas subterráneas), por lo que su impacto negativo se traduciría en una caída de la producción en diferentes sectores.
Los distritos con alto riesgo hídrico concentran el 70% del consumo total de agua por toda fuente (Sedapal y aguas subterráneas), por lo que su impacto negativo se traduciría en una caída de la producción en diferentes sectores.

Y tomando como base una metodología basada en la matriz insumo-producto, el estudio de Aquafondo también ha estimado los impactos potenciales de una crisis de agua en caso se reduzca en 30% la disponibilidad del recurso para las empresas en un año determinado.

Así, el impacto potencial estimado en el PBI total de la capital sería de –2,22%. Desagregando por fuente de abastecimiento, el impacto atribuible a la menor oferta de Sedapal equivaldría a –0,32% del PBI, y en el caso del agua subterránea a –1,90%.

Entre los sectores con mayor impacto negativo en el valor de producción destacan agua potable (–21%), bebidas (–4,4%), servicios sociales (–4,3%), siderurgia (–3,9%), textiles (–3,85%), administración pública, papel, servicios de educación y salud.

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