Con la finalidad de evitar la aglomeración de personas y eventuales contagios de COVID-19, el Gobierno dispuso el año pasado que las playas permanecerán cerradas hasta enero del 2021. A propósito de estas restricciones, recordamos el artículo sobre alquiler y venta de casas de playa publicado cuando se dieron a conocer estas medidas de prevención:
Lejos de perjudicar esta restricción a quienes venden o alquilan casas de playa, los está favoreciendo porque la demanda sigue en aumento. Gisella Postigo, directora comercial de Urbania y Adondevivir, señaló que la búsqueda de casas y departamentos de playa se incrementó en un 160% en octubre del 2020 respecto a similar periodo del 2019.
De julio a setiembre del 2020, las búsquedas ya lucían mejor que en el año anterior. Comparando el periodo de julio a setiembre de ambos años, se registró un incremento de 83%.
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Asimismo, Postigo contó que los agentes inmobiliarios indicaron a Urbania y a Adondevivir que atendían por día a 60 personas interesadas en alquilar o comprar casas o departamentos de playa. Una cifra superior a las registradas en octubre de los años pasados cuando atendían en promedio a 10.
Por su parte, Antonio Espinosa, gerente general de Inmobiliaria Desarrolladora, estimó que la venta de casas o departamentos de playa se incrementó en no menos del 30% con respecto al 2019. En cuanto a los alquileres, indicó que han aumentado alrededor del 20%. Ambos incrementos son significativos con respecto a los registrados en años anteriores, según Espinosa.
Si bien las personas no van a poder disfrutar del mar, Espinosa indica que quienes quieren alquilar una casa prefieren pasar el fin de semana en la playa, donde encuentran más espacio para transitar y realizar diversas actividades, que quedarse en la ciudad.
Otro punto a favor, según Espinosa, es que muchas empresas trabajan de manera remota y sus trabajadores ya no tienen la necesidad de estar de lunes a viernes en las oficinas. De esa manera, pueden optar por realizar sus labores desde la casa de playa, como algunos ya lo han venido haciendo.
“Por ejemplo, antes de la pandemia el uso de un condominio privado de playa era alrededor del 7%, hoy están ocupados entre el 50% y el 60%. Como existe el teletrabajo, la gente se ha quedado viviendo en la playa”, indicó el gerente de Inmobiliaria Desarrolladora.
TENDENCIAS
A su turno, Giancarlo Malatesta, director de Binswanger Perú, señaló que la pandemia ha cambiado el modo de pensar una casa de playa. Esto debido a que antes se utilizaba solo para vivir durante el verano.
Como la cuarentena empezó en marzo, muchos propietarios pasaron los primeros 15 días en sus casas de playa y vieron que podían continuar realizando sus labores desde ahí. Como la inmovilización continuó, varios optaron por quedarse en la playa, donde tenía espacios más grandes y menos contaminación.
“A mí me ha llamado la atención que en muchos balnearios hay grupos de entre 30 o 40 familias, que estuvieron juntos desde que inició la pandemia. Ellos sabían que siendo tan pocos y estando aislados el riesgo de contagio iba a ser menor que en la ciudad. En medida que no entrara nadie nuevo ya no tenían que guardar todas las medidas de distanciamiento porque ya sabían que entre ellos estaban bien y que nadie estaba exponiéndose”, mencionó Malatesta.
Esta situación generó que los supermercados ubicados en esas zonas trabajaran durante todo el año y que incluso empiecen a dar servicios de delivery. Asimismo, Malatesta indicó que surgieron varios emprendimientos que ofrecen productos o servicios a las familias que viven en las playas.
RESTRICCIONES
Esta nueva normalidad en los balnearios llevó a los propietarios de los condominios a establecer algunas restricciones para evitar los contagios con miras al inicio de la actual temporada de verano.
“Lo que hemos visto es que en los condominios están exigiendo muchas medidas de bioseguridad. Una de estas es que el aforo de la piscina va a ser del 50%. No se va a poder recibir invitados en las casas de los condominios y solamente van a poder ser alquiladas a familias”, señaló Postigo.
Con esto, Postigo explicó que no se podrá realizar prácticas que solían ser recurrentes, como alquilar casas entre grupos grandes de amigos. “Incluso, en algunos condominios se les va a pedir a los inquilinos que se hagan pruebas de descarte de COVID-19 antes de alquilar una casa”, agregó Postigo de Urbania y Adondevivir.
En playas donde hay más departamentos o casas pequeñas, y que no pertenecen a condominios, las restricciones pueden variar de acuerdo al dueño.
PREFERENCIAS Y PRECIOS
De otro lado, Postigo mencionó que las personas están buscando sobre todo casas y departamentos que tengan piscina.
“La ventaja de las playas, como Asia, es que si una casa no tiene piscina, el condominio sí tiene una común. Eso es un inconveniente para las playas que están más cerca a Lima, como Pulpos, San Bartolo, Santa María, ya que son casas más pequeñas o departamentos que no tienen piscina propia”, indicó Postigo.
En línea con Postigo, Espinosa, de Desarrolladora Inmobiliaria, indicó que la oferta de casas de estreno en condominios es muy reducida, dado que la gran mayoría de proyectos ya se han entregado. Sin embargo, el interés por estas aumenta, ya que tienen áreas comunes y ofrecen servicios como piscinas, gimnasios, bodegas y zonas para realizar deporte.
El alquiler de un departamento o una casa en Asia, según Urbania, puede costar entre US$17.000 y US$24.000 por toda la temporada, que va desde enero hasta Semana Santa. En cuanto a venta de propiedades en Asia, el precio de los departamentos, en promedio, oscila entre US$100.000 y US$120.000, y el de las casas entre US$250.000 y US$500.000.
En San Bartolo, el precio de alquiler y venta es menor, ya que suelen ser departamentos o casas pequeñas, indica Postigo.
Un departamento de un solo dormitorio, ubicado en un complejo de departamentos con piscina, lo alquilan en US$5.500 en promedio. Si es de tres dormitorios, US$8.500, de acuerdo a cifras de Urbania. El precio de venta oscila entre los US$200.000 y los US$250.000.
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