Los establecimientos de EsSalud ampliarán sus horarios de atención. (Foto: El Comercio)
Los establecimientos de EsSalud ampliarán sus horarios de atención. (Foto: El Comercio)
Daniel Macera

Entre el 2008 y el 2016, la inversión anual por afiliado del seguro social de salud del Perú, , pasó de S/601 a S/869, alcanzando casi los S/1.000 para el 2018, según estimados del Instituto Peruano de Economía. Este crecimiento se vio en casi todas las categorías que componen los gastos operativos de la entidad, por ejemplo, en personal (133%), medicinas (104%) o material de laboratorio (102%); no obstante, a este carro cuesta arriba también se subió un conjunto de factores exógenos que ha terminado por enfermar la estabilidad política y financiera en Essalud desde hace varios años.

Tal como comentó hace unos meses la presidenta ejecutiva de Essalud, Fiorella Molinelli, y reafirmaron a este Diario fuentes de la entidad, la deuda actual que el seguro no puede cobrar asciende a S/3.844 millones: 70% proviene del sector privado (principalmente azucareras, agrícolas y el club Universitario de Deportes); y 30% del sector público (sobre todo municipios de La Victoria y Breña).

Para cobrar las deudas, la entidad ha empezado a trabajar de la mano con Sunat mediante dos sistemas: facilidades de pago y una ejecutoría coactiva que obliga a los deudores a pagar su deuda. De esta manera, las situaciones financieras deficitarias del 2016 (S/123 mlls.), 2017 (S/61 mlls.) y la de la apertura del 2018 (S/78 mlls.) se revertirían a un superávit de S/100 mlls. a fines del 2018, estima la entidad.

“Estamos mejorando en las cosas que dependen de nosotros. Pero esto no es suficiente para cerrar las brechas de infraestructura del rubro, que ronda los S/39 mil millones”, explican voceros de Essalud a El Comercio. Cabe resaltar, en este contexto, que la inversión en capital en el 2016 era 11% menor que en el 2008.

Los otros factores que vienen desestabilizando la caja fiscal de Essalud son antiguos y atacan desde tres frentes a la entidad: leyes de parte del Congreso con iniciativas de gasto, huelgas y presiones sindicales y tasas de aportes diferenciadas para algunos sectores. A este panorama, el titular del Ministerio de Trabajo, Christian Sánchez, le agrega falta de una buena gestión y la permanente presencia de corrupción dentro de la entidad.

“Hay problemas de gestión, de transparencia en las contrataciones, corrupción interna y también por el hecho de que las políticas de mejora de infraestructura y de servicio no tienen la transparencia que todo acto público merece”, explicó a este Diario.

LEYES CON COSTO

En agosto del 2018, el Congreso aprobó una ley que incrementa el pago de la Compensación por Tiempo de Servicios para los trabajadores de Essalud del régimen laboral del Decreto Legislativo 276. Esto, según estimados de Molinelli, implicará un gasto de S/700 millones en los próximos tres años para Essalud.

Así como esta medida, está también el hecho de que los aportes de trabajadores del Magisterio y de Salud sean sobre el 65% de su remuneración integral mínima y no sobre el total, lo que reduce los ingresos del seguro.

Se suma también la aprobación del traspaso de los trabajadores CAS al régimen laboral 728 (con mayores beneficios sociales) en Essalud, que le costará a la entidad S/414 millones entre el 2018 y el 2020; la desgravación de las gratificaciones (que redujo ingresos por S/5.699 mlls. entre el 2009 y el 2017); y la opción de que los trabajadores del régimen agrario aporten 4% y no 9% de su salario al seguro. Este tipo de iniciativas legales, que en total son seis, le cuestan anualmente a Essalud alrededor de S/2.281 millones.

NEGOCIACIÓN Y PRESIÓN

Essalud cuenta con el mayor número de trabajadores en el sector público, 56.600, y cada gremio profesional (médicos, enfermeras, psicólogos, etc.) cuenta con un sindicato y con una ley que regula su ejercicio laboral. Según cifras de la entidad, los convenios con los sindicatos y las normas legales cuestan S/1.000 millones adicionales en gasto de personal.“Con esto no solo consumían servicios médicos, sino también solicitaban los subsidios económicos correspondientes”, explica.

De acuerdo con la ex presidenta ejecutiva de Essalud Virginia Baffigo, el gran problema de la entidad es justamente la tensión permanente entre los sindicatos que manejan presupuestos robustos y redes de incidencia al más alto nivel y los directivos que no cuentan con respaldo suficiente de las autoridades que los designan.

“En estos 27 meses de gobierno ya ha habido dos presidentes ejecutivos de Essalud y la situación definitivamente no está mejor que en agosto del 2016. Mientras, los sindicatos han negociado ventajosamente incrementos salariales y bonos extraordinarios que han impactado en las finanzas de la institución”, sostiene Baffigo.

LEYES CON COSTO

Un acto ilícito en el reembolso de los subsidios económicos por incapacidad temporal otorgada por los empleadores es otro de los factores que desestabiliza las finanzas de Essalud. Estos consisten en la devolución del 100% del salario del trabajador, y cubre desde el día 20 del descanso médico hasta cumplir un año de incapacidad para el trabajo. Según explica Baffigo, existen empresas fantasmas creadas exclusivamente para ofrecer la afiliación de una persona al seguro a través de una planilla también fantasma.

“Con esto no solo consumían servicios médicos, sino también solicitaban los subsidios económicos correspondientes”, explica.

REFORMAS

Dentro de todo este contexto, los pedidos de reforma de Essalud no son pocos ni son recientes. En sus 82 años de historia, detalla Baffigo, empezó como Caja de Seguro Social, se transformó en el Instituto Peruano de Seguridad Social y desde hace 18 años es Essalud (fue sometida a una reorganización en el 2014 por una huelga médica). Mañana, de hecho, se presentará una reforma en el MTPE.

Cada cambio exigió una nueva ley y un tiempo de adaptación, que, como ha venido reflejándose en estos últimos años, no ha demostrado ser un remedio mejor que la enfermedad.

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