Bajo cualquier métrica, el empleo formal sigue teniendo una participación reducida en una fuerza laboral de 17,2 millones de trabajadores.
Bajo cualquier métrica, el empleo formal sigue teniendo una participación reducida en una fuerza laboral de 17,2 millones de trabajadores.

La foto del en el país continúa borrosa y las diversas cifras publicadas en los últimos días revelan que las inconsistencias que ya hemos analizado en este Diario persisten.

En primer lugar, la Sunat recoge los datos de empleo formal en empresas formales a través de la planilla electrónica. De acuerdo con esta base de datos, en el primer semestre el número de empleos fue 5,02 millones; lo que implica un incremento de 3,4% respecto al mismo período del año pasado.

La planilla electrónica muestra que el crecimiento del empleo formal ha sido sostenido. La información disponible (desde inicios del 2017) apunta a expansiones todos los meses, aunque en los últimos cuatro las tasas de crecimiento se han enfriado.

No obstante todo ello, data oficial de otras fuentes contradice a la planilla electrónica. Primero, el INEI reveló cifras de empleo formal e informal con base en la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). De acuerdo con cálculos de la Unidad de Análisis Económico de El Comercio, en el primer semestre el empleo formal se contrajo en 1,26%. Así, al cierre de junio, hay 4,82 millones de trabajadores formales; unos 55.000 menos que en la primera mitad del 2017.

La divergencia entre las cifras de empleo no solo se ve a nivel macro, sino también en el detalle por sectores.
La divergencia entre las cifras de empleo no solo se ve a nivel macro, sino también en el detalle por sectores.

Si bien la variación es opuesta, en cuanto a stock de trabajadores la desviación no es muy significativa. La historia de esta data evidencia un deterioro de la contratación formal desde finales del 2016.

En tanto, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), a través de la Encuesta Nacional de Variación Mensual del Empleo (Envme), también estima menos puestos de trabajo formales. Este sondeo se aplica a firmas de 10 o más trabajadores y, a través de un índice, señala que el empleo formal se redujo 0,2%.

Al igual que las cifras del INEI, los datos del MTPE muestran una caída consistente desde julio del 2017.

Es importante notar que, bajo cualquier métrica, el empleo formal sigue teniendo una participación reducida en una fuerza laboral de 17,2 millones.

DIVORCIO SECTORIAL
La divergencia entre las cifras de empleo no solo se ve a nivel macro, sino también en el detalle por sectores.

Por ejemplo, según la planilla electrónica, en la primera mitad del año el empleo formal creció en todos los sectores, a excepción de la pesca, en que se contrajo 10,2%. El resto de industrias extractivas tuvo incrementos; al igual que los sectores no primarios. Resalta que, en el caso de la construcción, pese al fuerte empuje de la inversión pública (aumentó 18,6% en la primera mitad), el empleo en este rubro solo creció 3,6%.

El INEI revela una realidad distinta. Sus datos apuntan a un retroceso de 5,62% en el empleo formal en industrias extractivas. En comercio y construcción, se ve un dinamismo del orden de dos dígitos, de 13,8% y 15%, respectivamente. En manufactura, el crecimiento es cercano a cero.

El MTPE también revela menos contratación formal en sectores primarios y en manufactura. En comercio y servicios, no se ve dinamismo superior al 0,5% en el semestre.

Hace poco, el MTPE reveló que las cifras de planilla electrónica todavía requieren ajustes y afinamiento. En ese sentido, la divergencia de cifras no solo complica entender el mercado laboral, sino el diseño de políticas públicas.

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