Hugo Ñopo destacó que el acceso a la universidad es igualitario, pero solo 1 de cada 10 miembros de los directorios de las principales empresas del país son mujeres.
Hugo Ñopo destacó que el acceso a la universidad es igualitario, pero solo 1 de cada 10 miembros de los directorios de las principales empresas del país son mujeres.

Durante el gobierno de Bismarck surgió en Alemania el sistema de contribuciones a la seguridad social, exportado después al resto del mundo. Bajo el mismo, los trabajadores aportaban a lo largo de su vida laboral a un fondo común para financiar las que recibirían una vez que se jubilaran. Pero siglo y medio después, las condiciones que dieron origen al sistema han cambiado: la esperanza de vida ha aumentado y la tasa de natalidad ha disminuido, mientras la familia modelo ha cambiado.

La idea original era que el trabajador, como jefe de familia, a través de sus aportes al sistema terminaba protegiendo a todos sus miembros. Pero ahora, puede no haber un único miembro que trabaja en la familia. O quienes lo son, no necesariamente son formales, con lo cual sus aportes para seguridad social son nulos.

Reconociendo que nuestro mercado laboral es además de tiempo parcial y multitrabajo, el economista Hugo Ñopo recoge a partir de los trabajos de Santiago Levy para México algunas propuestas diseñadas para un mercado laboral muy distinto del alemán decimonónico.

LA PROPUESTA

En la línea de Jean Tirole, premio Nobel de Economía en el 2014, la idea presentada por Hugo Ñopo, investigador principal de Grade, es proteger a los trabajadores y no a los empleos. De esta manera, se busca disociar la protección social del empleo, que en el esquema actual protege a alrededor de un quinto de los trabajadores y genera distorsiones al mercado laboral.

La idea es que las personas aporten a su propio fondo de pensiones a través de sus compras, de manera que parte del que pagan sea asignado con fines previsionales y constituya un fondo al que puedan acceder al momento de su jubilación. De esta manera, aunque sean informales podrán contar con una pensión. “Esto es positivo incluso en términos de equidad de género”, comenta Ñopo.

Además, la implementación de esta propuesta resultaría en una ocasión para revisar el sistema privado de pensiones, donde, si bien se mantendría el esquema de capitalización individual, se buscarían esquemas que fomenten una mayor competencia. Pero, como destaca el investigador, se debe resolver el hecho de que “las AFP compiten mirando la rentabilidad de corto plazo, pero por definición el servicio que ofrecen es de largo plazo”.

Cabe indicar que lo sugerido por Ñopo también está considerado entre las propuestas del año pasado de la Comisión de Protección Social que designó el Ministerio de Economía. 

A decir de Ñopo, “se trata de un esquema radical, disruptivo, atrevido y probablemente inviable en el corto plazo”. Pero discutir estas ideas reconociendo las tendencias que se ven ya en el mercado laboral es de por sí ya un avance.

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