(Foto: Shutterstock)
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Redacción Economía

El 11 de noviembre se cumplen seis meses desde que se implementó una reforma en la estructura del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC). En su momento, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) alegó que los aumentos en el ISC buscaban desalentar el consumo de cinco tipos de bienes que generan efectos negativos sobre la salud de las personas.

Una de las categorías fue la de bebidas alcohólicas, pero las estadísticas disponibles revelan que el consumo agregado de las mismas no se ha reducido. Lo que sí se ha generado es un efecto sustitución entre licores, donde la producción local de cerveza se ha reducido en favor de otras bebidas.

Según datos del Ministerio de la Producción, en junio, julio y agosto se observó un retroceso en la fabricación local de cervezas. En tanto, durante esos meses la producción nacional de vinos y piscos ha crecido a doble dígito. Esto sugiere que, en general, el consumo no se ha frenado, pero la sustitución existe.

En términos anualizados, la producción de cerveza alcanzó su máximo nivel en febrero de este año y, desde entonces, ha caído 1,65%. El dato es importante porque el peso de la cerveza no es menor dentro del PBI peruano: representa algo menos de 2%. Por su parte, la producción de pisco cae 0,16% desde su pico, que fue en mayo. La fabricación de vino, en tanto, alcanzó su mejor nivel del año en agosto.

DISTORSIÓN RELATIVA
De acuerdo con la industria cervecera nacional, la estructura actual del ISC genera una carga excesiva sobre la cerveza respecto a otros licores. Ello debido a que la cerveza paga un ISC de 35% del precio de venta al final al público; lo que incluye IGV y todos los márgenes de ganancias de los minoristas.

Otras bebidas pagan el ISC sobre el valor de venta, es decir, antes del IGV. “Si se midiera el impuesto sobre la misma base de comparación, las bebidas con más de 40% de grado alcohólico pagarían 10% de ISC, mientras la cerveza paga 35%”, refiere la industria.

En el caso de la industria de vinos, las firmas resaltan que el ISC no las ha afectado y tanto la producción como las ventas siguen dinámicos. Ello –subrayan– porque la demanda ha crecido en línea con el ‘boom’ gastronómico en el país y mejora del poder adquisitivo.

No obstante ello, la industria cervecera advierte que en el canal tradicional de ventas esto no sucede. Al interior del país y en zonas menos favorecidas, no se sustituye cerveza por vino o whisky, sino por alcohol ilegal. De hecho, según estima Euromonitor, ya al cierre del año pasado el 27% del mercado de licores en el Perú era ilegal.

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