
Luego de que la inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez se suspenda dos veces, existen dudas sobre si el 30 de marzo será la fecha definitiva para el inicio de operaciones.
El Comercio visitó el nuevo terminal para conversar en exclusiva con Sergio Ocampo, gerente de Construcción del Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez, quien reconoció que “hay funcionalidades que no están probadas”, pero estas no condicionan el inicio de operaciones del aeropuerto.
“Nosotros creeríamos que no [necesitan estar al 100% de la infraestructura para operar] […] Todas las pruebas críticas para la seguridad se han culminado hace semanas”, argumentó.

El proyecto sigue una modalidad ‘fast track’, lo que permite avanzar actividades en paralelo, siempre que se ejecuten las pruebas de seguridad; por ello, a 24 días de la fecha elegida para la inauguración, el 0,6% restante podría no culminarse porque “no es crítico”, refirió Ocampo. “No está dentro de nuestros objetivos llegar a un 100% de culminación de los trabajos. Nunca lo ha estado”, agregó.
Incluso señaló que Ositrán debería analizar las observaciones que realizó respecto a lo que falta de la obra y considerar si esto “es crítico para la apertura o pone en riesgo la seguridad”. Según el ejecutivo, muchos de los cuestionamientos originados en los gremios y en el ente regulador se debe a la poca familiarización con el concepto ‘fast track’.


“No todo el mundo ha entendido el concepto de ‘fast track’, y tenían en su cabeza las fases de un proyecto tradicional en el cual la construcción se termina completamente, antes de hacer las pruebas. Es muy raro que [Ositrán haya pedido la culminación total de la obra para una prueba integral], pues es plenamente conocedor de la modalidad del contrato, que es un ‘fast track’”, señaló.
Sin embargo, en el último informe de Ositrán no solo habían observaciones sobre infraestructura y equipamiento, también se resaltó la falta de algunos permisos y licencias. Uno de ellos es el de Osinergmin sobre el funcionamiento de la planta de combustible, causa principal que motivó a aplazar la inauguración por segunda vez.
Sobre el particular, Ocampo informó que ayer se realizó la prueba final de la planta y los resultados fueron positivos; por tanto, esperan contar con el documento en los siguientes días. Con respecto a otros certificados, indicó que solo faltaba transmitirlos a Ositran.
El vocero también destacó que Ositrán solo publicó sus conclusiones y no la respuesta del concesionario respecto a las observaciones que hizo el regulador. “Ositrán no ha comunicado lo que al final se concluyó en la inspección y se ha formalizado en el acta. Vemos que solo han hecho la comunicación oficial de sus comentarios y han obviado completamente las del equipo de la concesionaria, que somos los que estamos manejando el proyecto”, resaltó.

No habrá más pruebas
De acuerdo al calendario de Lima Airport Partners (LAP) al que accedió El Comercio, las pruebas operativas ORAT constan de 6 etapas, programadas para el 27 de febrero, así como el 4, 6, 8,11 y 13 de marzo. Cada una de estas etapas tiene diferentes objetivos. El fin es simular un día regular en el aeropuerto y estresar el sistema operativo con más vuelos.

Sin embargo, en anteriores entrevistas a este Diario realizadas a los voceros de los gremios IATA y AETAI, se cuestionó la falta de una prueba integral con gran cantidad de personas para estresar al sistema en un día normal. Esto no va a darse.
Las pruebas se realizan en su mayoría con cadetes del Ejército y de la Policía Nacional, quienes simulan ser pasajeros y se trasladan con equipaje del tamaño y peso real. Ellos recorren la sala de abordaje, pasan sus maletas por los tomógrafos y realizan los flujos normales que un viajero común realizará. Esto se hace con 600 - 1.500 personas.

Si bien en una hora pico el proceso de salida podría generar un movimiento de 3.000 personas, Ocampo descartó que necesiten el mismo número para probar el correcto funcionamiento de las instalaciones. Para ello, utilizan la tecnología e ingresan datos básicos sobre la característica de atención de los trabajadores a los viajeros. Con los resultados, asegura, se puede generar predictibilidad.
Por tanto, descartó que se vayan a realizar pruebas con más de 1.500 personas. “No, no está ahora mismo programada”, refirió Ocampo. A su vez, respondió a los cuestionamientos que realizó Martín La Rosa, Area Manager de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), quien indicó que en otros aeropuertos el periodo de prueba dura 4 meses y no 1. Al respecto, el gerente señaló que las pruebas se están realizando desde octubre del 2024.
Implementación del BMS
Sobre el sistema de gestión de riesgos o BMS, el vocero indicó que faltan implementar funcionalidades menores, pero esto no impide un correcto monitoreo de la infraestructura. “Todo lo crítico que concierne a la seguridad de las personas y de las operaciones está funcionando”, aseguró.
También se ha solicitado a la contratista Inti Punku la implementación de un sistema de control y regulación de temperatura del terminal. Actualmente, esta funcionalidad se puede monitorear en el BMS, pero lo que se busca es operarla en otra área para que el BMS solo reciba señales de alerta ante un posible mal funcionamiento en los diferentes sectores que conecta.
