
El Ministerio de Economía y Finanzas corrigió la proyección de crecimiento para este 2025 a través del Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAPM) publicado el último miércoles y la situó en 3,5%. Si bien está por encima de lo previsto en el último Marco Macroeconómico Multianual (3,1%), la cifra se aleja del 4% anunciado por el titular de la cartera José Salardi cuando asumió el cargo.
Los factores externos que influyen en esta previsión conservadora de 3,5% son las tensiones comerciales generadas tras la imposición de los aranceles entre Estados Unidos y China, lo que ha creado una elevada incertidumbre internacional, indica el documento.
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Pero a nivel local, el IAPM refiere que “los riesgos más importantes se asocian a una flexibilización más gradual y prolongada de los costos de financiamiento, en un escenario donde la imposición de aranceles incrementaría la inflación mundial; adicionalmente, la incertidumbre política debido a las elecciones en Perú en 2026 y el incremento de la criminalidad podrían afectar las decisiones de inversión y consumo de los agentes económicos”.
Aún así, el MEF observa escenarios positivos a nivel interno como un fortalecimiento de la demanda interna y exportaciones que ayudarán a impulsar la actividad económica por la mejora de la oferta primaria. Esto, a pesar de un entorno externo con elevada incertidumbre y, principalmente, mejores costos de materias primas.
¿Cómo se evalúa esta previsión?
Luis Miguel Castilla, ex ministro de Economía y Finanzas, consideró que la coyuntura externa fue aprovechada para realizar el sinceramiento de las proyecciones de crecimiento, el cual a su consideración “va en dirección correcta”.
“Ha sido muy oportuno este cambio tan fuerte que hubo en el entorno externo para justificar la reducción a la baja. Probablemente cuando hizo la proyección no tenía tan clara la magnitud del impacto que iba a tener la guerra comercial. En los últimos meses se ha visto la magnitud y los riesgos”, mencionó.
Si bien no se esperan más correcciones, Castilla ve demasiada incertidumbre. Para él, nuestro crecimiento seguirá dependiendo del avance de China y las decisiones del presidente Donald Trump.
Por su parte, Víctor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE), se mostró también a favor del sinceramiento de las proyecciones macroeconómicas sobre todo porque cuando estas “tienen un sesgo muy positivo pueden derivar en un presupuesto muy elevado que abre espacio para un gasto más alto, lo que termina repercutiendo en un mayor déficit fiscal”, refirió.
El IPE actualizará sus previsiones a inicios de junio y espera mantener una proyección de crecimiento para el 2025 alrededor de 3,1%, que ya representa un ajuste desde el 3% proyectado a finales del 2024.
Alza de materias primas
De acuerdo al IAPM, habrá mejores precios de las materias primas, principalmente para los metales industriales y metales preciosos. Esto, debido a una creciente demanda por ellos, por los avances hacia la transición energética y un entorno geopolítico incierto. En este contexto, los términos de intercambio crecerían 4,6%, impulsados por un mayor índice de precios de exportación (3,0%) -destacando el cobre, oro y zinc- y una caída en los precios de importación (-1,6%), principalmente, por menores cotizaciones del petróleo y alimentos.
El cobre alcanzaría un precio promedio de 425 centavos de dólar por libra (cUS$/lb.) en 2025. El documento resalta que estos niveles se dan porque China mantiene su impulso en la transición hacia una economía verde. La Unión Europea desarrolla proyectos de energías renovables y Estados Unidos (EE.UU.) impulsa el sector industrial de la inteligencia artificial.
Otro metal importante para nuestra economía es el oro, cuyo precio alcanzaría los US$2 550 por onza troy, debido a la demanda del metal como activo refugio en un contexto de alta incertidumbre económica global asociada a la inestabilidad económica, una creciente aversión al riesgo en los mercados financieros, y por el contexto de tensiones geopolíticas y guerra comercial.
Al respecto, Castilla consideró que sí habrá una coyuntura favorable en cuanto a los precios materias primas. Y, a pesar de que el crecimiento global podría ralentizarse y repercutir en una eventual caída del cobre, “tenemos términos de intercambio bastante elevados, debido a que la incertidumbre provocará una mejor valoración del oro y el precio del petróleo caerá, lo que nos dará una especie de ‘colchón’ o fortaleza externa”, refirió.
Por su parte, Fuentes coincidió en que los mercados internacionales afrontan uno de los periodos de mayor volatilidad histórica y esto se traslada a los metales.
“Por un lado, el oro viene rompiendo récords como un activo de refugio frente las tensiones comerciales globales. Si bien la “pausa” de 90 días en los aranceles que EE.UU. impuso a todos sus comerciales generó una ligera corrección en el precio del oro, el mercado está expectante de nuevos anuncios. Por otra parte, en los últimos meses la cotización del cobre registró un incremento como reflejo de una anticipación del mercado frente a los aranceles que se anunciaron en EE.UU. En esa línea, las proyecciones sobre el cobre enfrentan tendencias alcistas de una “transición verde” altamente intensiva en dicho metal y “bajistas” ante las restricciones al comercio global que podrían derivarse de las políticas proteccionistas de EE.UU.“, explica.
Indicadores de crecimiento
Para el 2025 se proyecta un gasto público de 2,3% en términos reales (ajustado a la inflación). El MEF destaca que habrá un impulso continuo de la inversión pública, la cual se expandirá 4,5% en términos reales, y moderará el consumo público que crecerá 1,5% en términos reales.
Asimismo, se espera que la inversión privada avance 4% al cierre del año por la aceleración e la inversión minera (8%), el inicio de construcción de nuevos proyectos mineros, etc. A esto se suma el aporte de la inversión no minera (3,5%).
En tanto, el consumo privado crecería 3,1% “, impulsado por la mejora del mercado laboral y los ingresos de las familias ante las mayores inversiones; además, de una menor inflación y condiciones financieras favorables”, según se lee en el IAMP.
Lo que llamó la atención fue la estimación del MEF del déficit fiscal.El sector proyecta que este se reduzca a 2,2% del PBI este año (2024: 3,5% del PBI). La previsión fue cuestionada por los dos especialistas citados en este informe.
“Yo tengo mis reparos con respecto a esta previsión. El gasto fiscal nunca se reduce en año preelectoral. Además, los proyectos de Alianza Público Privada (APP) que el MEF quiere impulsar tienen un alto nivel de gasto público. Entonces la demanda es muy alta y la capacidad de contención del gobierno es muy limitada. Yo creo que poner el incremento (económico) en las materias primas o en mayor impuesto a la renta será insuficiente para limitar el crecimiento del gasto que será bastante elevado en la recta de las elecciones”, mencionó Castilla.










