La agencia calificadora S&P Global Ratings rebajó este jueves la calificación soberana de largo plazo en moneda extranjera de Perú de ‘BBB’ a ‘BBB-’ debido a la incertidumbre política que limita el crecimiento económico.
Esta rebaja implica un riesgo para el Perú debido a que, ante una siguiente rebaja, perdería el grado de inversión y pasaría a grado especulativo.
En la argumentación de su decisión, S&P Global Ratings señala que “un Congreso fragmentado y el limitado capital político del Gobierno” pesan sobre la confianza de los inversionistas privados y suponen un costo de oportunidad para el crecimiento, lo que “limita la capacidad de Perú para reconstruir espacio fiscal”.
“Esperamos que el complejo panorama político de Perú persista en el periodo previo a las próximas elecciones presidenciales y del Congreso. Esto, a su vez, limita la capacidad del gobierno para aplicar políticas más oportunas que impulsen la inversión y las expectativas de crecimiento económico. La persistente incertidumbre política supone un costo de oportunidad para el crecimiento, a pesar de los precios favorables del cobre”, señaló.
“Podríamos bajar las calificaciones durante los próximos dos años si se produce un cambio pronunciado en la política económica que precipite un mayor deterioro de la confianza de los inversionistas y de las expectativas de crecimiento. Bajo este escenario, un menor crecimiento podría presionar los déficits fiscales y acelerar el aumento de la carga de deuda”, indicó la agencia calificadora sobre un posible escenario negativo en los próximos años.
El gerente de políticas públicas del Instituto Peruano de Economía, Víctor Fuentes, precisa que la calificación BBB- es la más baja desde el 2011. Lo que implica para el país un retroceso de casi 13 años.
“Evidentemente la política sí tiene un impacto en la economía. Con esta calificación de riesgo vemos un poco que se empieza a reflejar esa transmisión. Esto tendrá un impacto sobre el costo de financiamiento para el país pero también para el resto de las empresas en el Perú. Estamos empezando a ver de manera más notoria que la inversión tarda en recuperarse y con esta decisión empezamos a ver cómo el mercado internacional empieza a percibirlo”, detalló.
Fuentes también precisa que, si bien a nivel macroeconómico podemos ser sólidos, comenzará a notarse en el largo plazo debilidad desde el frente fiscal. “La sostenibilidad fiscal si bien sigue siendo relativamente buena, no tiene el brillo que tenía algunos años atrás. Eso es preocupante porque nos ha costado décadas construirlo. Pero por otra parte no parece haber una posición, un mensaje consistente hacia un equilibrio fiscal mucho más complicado”, afirmó.
Como se recuerda, el ministro Arista reconoció días atrás que el Perú no lograría cumplir con la meta de déficit fiscal de 2% del PBI este año. En el 2023, dicho indicador cerró en 2,8% del PBI y, según S&P Global Ratings, el 2% recién se lograría en el 2027.
“El espacio fiscal es clave porque no lograrlo puede estar vinculado a una mayor toma de deuda y una menor credibilidad sobre la deuda que ya tienes. Entonces deberíamos estar pensando en un programa serio de consolidación fiscal, pero lo que hemos visto en el MEF no está muy alineado”, agregó.
¿La decisión de S&P Global Ratings implica que otras agencias apliquen también rebajas a sus calificaciones? El economista considera que sí existe dicha posibilidad. “Normalmente sí. Una vez que empieza a subir en una calificadora, sube en las otras. Cuando empieza a bajar en una, sucede lo mismo con las otras. La identificación de los riesgos son estructurales. Cabe la posibilidad de que el resto de calificadoras también tengan una lectura parecida en sus reducciones futuras”, asevera.
Perspectiva estable
No obstante, S&P Global Ratings espera una “recuperación económica moderada para Perú en 2024-2025″, tras la contracción del Producto Bruto Interno (PBI) real el año pasado, como consecuencia de diversos impactos sobre el crecimiento. Señaló que se espera un crecimiento de 2,7% en 2024.
“La perspectiva estable incorpora nuestra expectativa de crecimiento moderado y déficits fiscales que se traduzcan en incrementos leves de la deuda neta del Gobierno general, que esperamos siga por debajo de 30% del PIB durante los próximos tres años”, agregó.
“Esperamos una recuperación económica gradual tras los impactos sociales y meteorológicos de 2023, que provocaron una contracción económica de 0,6%. Nuestro escenario base supone un crecimiento de 2,7% en 2024, con una recuperación moderada de la inversión. La disipación del fenómeno de El Niño permitirá la recuperación de la pesca, la agricultura y la manufactura primaria, mientras que una inflación y tasas de interés más bajas ofrecerán mejores condiciones para el consumo y la inversión”, afirmó.