Abraham Taipe

Teresa Boullón tiene un sueño: un millón de niños deben entender lo que leen antes del bicentenario. Por eso, desde hace un par de años es directora general de la empresa social “”, cuya tarea titánica es crear 1.000 en igual número de colegios.

“Hasta ahora vamos 10 bibliotecas, que están ubicadas en varias regiones del país. Hemos impactado a 7.500 niños, 4000 padres han sido sensibilizados en el tema y 1200 profesores fueron capacitados”, dice Boullón mientras revisa una imágenes en su laptop sobre el antes y después de las bibliotecas intervenidas.

Las bibliotecas buscan un ambiente cómodo para que los niños se animen a leer.(Foto: Un Millón de Niños Lectores)

La idea del proyecto es acudir a lugares donde los recursos económicos son escasos. Así las bibliotecas están presentes en Chorrillos y Villa El Salvador, Yauyos, Cañete, Arequipa y Piura. Para costear toda la implementación recurren a empresas privadas. A la fecha las participantes han sido Hortus, , Laboratorios Roche, y Ferreyros, pero se requieren muchas más.

En un país ubicado en el sótano del ránking de comprensión lectura, la tarea de Boullón es loable y necesaria. “Hemos logrado buenos resultados con las bibliotecas, por ejemplo el colegio Augusto Gutiérrez (Chorrillos), donde implementamos una, ya está entre los mejores 40 colegios en comprensión de lectura de Lima”.

Boullón dice que la construcción de las bibliotecas solo es uno de los siete pasos del trabajo: también se incluye la sensibilización de la comunidad, la capacitación de los maestros, la solicitud ante el Ministerio de Educación de un bibliotecario, entre otros. “En cada biblioteca el trabajo más intenso dura un año”, añade.

UNA AUTODIDACTA
Este proyecto le ha valido a Boullón varios reconocimientos en el Perú y el extranjero. Obtuvo el premio , es del Foro Económico Mundial (WEF) y ha sido expositora en el TEDxTukuy.

La joven de 28 años dice que es autodidacta, pasó por la una universidad limeña pero la abandonó por sus compromisos laborales. “Trabajé desde muy joven”, revela. En su corta biografía hizo de animadora infantil, vendedora de cursos de inglés y hasta promotora nutricional.

Precisamente, en esas dos últimas labores, se percató que muchas personas no tenían una capacidad para entender lo que leían. Por eso, cuando Javier Arévalo le pidió unirse a , la editorial que más tarde crearía el Plan Lector Nacional, no lo pensó dos veces.  

La experiencia de varios años en Recreo le valió hasta un ofrecimiento para ocupar el puesto de gerente comercial en una editorial local, la cual rechazó. 

Ahora Boullón busca que la creación de bibliotecas en los colegios se convierta en una política pública. Eso implica que se cree un Sistema Nacional de Bibliotecas, que los colegios cuenten con un profesional en bibliotecología, que los espacios destinados a las bibliotecas tengan carpetas, sillas, lo mínimo para animar a que los niños lean. Que los libros no estén guardados en cajas o pudriéndose.

La joven autodidacta que descubrió el poder de la lectura en manos de su abuela, quien no sabía leer pero le contaba cuentos guardados en su memoria, tiene confianza en su proyecto.

Hace una semana firmó un convenio con una municipalidad local para impulsar la lectura y está en conversaciones con otras empresas privadas para implementar más bibliotecas en el interior del país.

“Para implementar las bibliotecas se compromete a toda la comunidad, compuesta a veces por personas que jamás han tenido acceso a un libro. Allí ocurre toda una transformación social, un cambio”, afirma.

El trabajo involucra a toda la comunidad.(Foto: Un Millón de Niños Lectores)

Boullón no deja de repetirlo: los libros cambiaron su vida. Y su afán es que también cambien el de los demás. En voz alta se pregunta: ¿Un chico que no entiende lo que lee será capaz de siquiera firmar un contrato simple de trabajo? La respuesta es sencilla.

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