Unicef presentó recientemente el estudio ‘Efectos de la COVID-19 en la pobreza y desigualdad en niñas, niños y adolescentes del Perú en 2020-2021’, con la finalidad de identificar cómo ha golpeado la pandemia a este sector de la población.
MIRA: MEF sobre Ley Agraria: “Estos beneficios [tributarios] no pueden ser eternos”
Carlos Calderón Seminario, oficial de Políticas Sociales de UNICEF Perú explicó que sabían que el PBI en Perú iba a caer de gran manera por el hecho de que mucha gente ha perdido empleo. Como consecuencia, no hay ingresos para llevar a sus hogares, y la pobreza está en función de los gastos para cubrir una canasta básica. En ese contexto se desarrolló el estudio.
En cuanto a los niveles de pobreza, se estima que este año se cerrará con un 39,9 % de pobreza en niñez y adolescencia en Perú. Mientras que en pobreza extrema se proyecta que llegará a un 9,5 %, de acuerdo al estudio.
“En general, hay que tomar estas estimaciones con cuidado porque depende de la reactivación económica, de la vacunación y si habrá una segunda ola, por lo que aún hay incertidumbre”, refirió Calderón.
La tasa de pobreza en niñez y adolescencia para el 2021 se estima que bajará a 32,1 % el 2021. Mientras que en pobreza extrema se estima que baje a 5,6 %. El representante de UNICEF apuntó que en ambos casos se reduce con respecto al 2020, pero no permite alcanzar los valores del 2019 (26,9 % en pobreza, y 4,2 % en pobreza extrema).
Al cuantificar los porcentajes, se puede decir que por la pandemia se ha retrocedido 9 o 10 años. “Si ese porcentaje de pobreza en niños y adolescentes lo calculamos en millones, estaríamos pasando de 2,9 millones en el año 2019 a 4,1 millones en el 2020. Es decir, habría un aumento de 1,2 millones. Este valor del 2020 es similar al del 2010, ello significa que se han perdido años en la lucha contra la pobreza, que nos tomó tanto reducirla”, acotó.
Cuando se hace un desagregado por zonas rurales y urbanas, es claro que a nivel rural se van a ver más afectados en términos porcentuales, con lo que se va a ampliar la brecha entre el ámbito urbano y rural.
De acuerdo a las estimaciones en el ámbito urbano pasaríamos de 20,9 % en el 2019 a 32,2 % en el 2020, y bajará a 24,3 % para el 2021. Mientras que en el rural teníamos 48,3 % en el 2019 y pasará el 2020 a 62,3 % y al 2021 se estima un 53,8 %. Calderón precisó que hay que considerar que el Perú ahora es un país más urbano.
CONCLUSIONES
Toda esta información recabada por UNICEF ha servido para hacer algunas recomendaciones el Estado para ayudar a enfrentar este problema. Son tres puntos en concreto.
“La primera es que según la experiencia de los bonos para hogares en pobreza y pobreza extrema, debe haber una agenda para que el gobierno mejore estos procesos de identificar de manera fidedigna y rápida quiénes pueden recibir este apoyo. El Estado tiene la oportunidad de contar con las tecnologías de información y comunicación en cuanto a qué hogares están en situación de vulnerabilidad”, comentó Calderón.
Como segundo punto, mencionó que como en el 2021 habrá mucha gente en situación de pobreza, es importante explorar, sujeto a la disponibilidad de la caja fiscal, algún apoyo económico para hogares, o vouchers electrónicos para entregar alimentos, que es lo más urgente para hogares con niños y adolescentes. Asimismo, fortalecer programas de empleo temporal, que permitirá a determinadas familias tener ingresos.
En tercer lugar, Calderón subrayó que el Estado debe tener un sistema de protección social fortalecido. “Tener identificada una serie de programas sociales que estén articulados y puedan aumentar la cobertura, para apoyar a las personas hogares en situación de pobreza”, indicó.
En este punto, otro tema importante es fortalecer los servicios de cuidado diurno, porque hay mujeres que cuidan niños y quieren trabajar, y surge el problema de con quién dejan a sus hijos en casa.; por lo que debe haber programas de apoyo.