(Foto: Bloomberg)
(Foto: Bloomberg)
Ben Schneider

La es descrita por Wikipedia como el término que se usa para definir la visión de un entorno físico del mundo real a través de un dispositivo tecnológico. Vale decir, los elementos físicos tangibles se combinan con elementos virtuales, logrando de esta manera crear una “realidad aumentada” (RA) en tiempo real.

Ahora bien, lo que sucede es que existe una desconexión entre la abundante data digital de la que disponemos y la realidad física del mundo en que vivimos.

Mientras la realidad física es tridimensional, la data digital solo tiene dos dimensiones que son las que visualizamos en la pantalla de la computadora. Esta distorsión limita las posibilidades de explotar adecuadamente la data, que se convierte hoy en un activo muy importante. Es en este escenario que entra a tallar la RA, la cual permite superponer data digital sobre imágenes de la realidad física, a través de aplicar diversas tecnologías.

Se estima que las inversiones en RA llegarán en el año 2020 a superar los US$60.000 millones. La RA afectará a casi todas las industrias, transformará cómo tomamos decisiones y cómo interactuamos con la realidad física. También impactará en la forma en que se atenderá a los clientes, en cómo entrenar a los colaboradores de la firma y cómo se diseñarán los productos en el futuro cercano. La educación cambiará en forma significativa.

Por ejemplo, ya empiezan a verse dispositivos incorporados en el parabrisas de un vehículo que nos brindan información sobre navegación, alerta de colisión y más, y todo esto sin que el piloto distraiga la vista del visor. Trabajadores en plantas de ensamblaje utilizan visores que les permiten ver el trabajo que realizan y, a la vez, recibir instrucciones sobre cómo optimizar su productividad.

Los doctores Michael E. Porter y James E. Heppelmann, en el Harvard Business Review, dan cuenta de las competencias que la RA aporta.

En primer lugar, potencia sustancialmente la visualización de la realidad. Con un visor de RA es posible que un enfermero pueda visualizar las venas del paciente a la hora de infiltrarlo.

En segundo lugar, la RA transforma dramáticamente la forma de instruir y guiar a las personas. Esta capacidad tiene un impacto sustantivo en la productividad de los colaboradores. La RA provee en tiempo real y en el puesto de trabajo instrucciones paso a paso para operar una máquina o trabajar en un almacén. En tercer lugar, la RA también potencia la forma en que interactúan humanos con sensores. Con el desarrollo del “Internet de las cosas”, un visor de RA podrá con solo focalizar la visión en un sensor leer lo que transmite o activarlo para que cambie su rutina.

La RA tendrá, por lo tanto, un impacto muy importante en cómo se diseñarán los futuros planes estratégicos de las empresas y para ello es importante ir respondiendo las siguientes preguntas: ¿Cuál es el rango de oportunidades de la RA en nuestra industria? ¿Cómo la RA va a reforzar la política de diferenciación de nuestros productos o servicios? ¿Dónde la RA tendrá un mayor impacto en la reducción de costos? La RA constituye, a la luz de los hechos, una oportunidad muy poderosa para transformar la forma en que operamos.

Lee más noticias de Economía...

Contenido sugerido

Contenido GEC