Por Fernando Vivas
No podía creer lo que oí. Tuve que rebobinar: "Que los hinchas peruanos los llamen, los saluden, les pidan una foto, vamos, son los rivales, a los rivales se les hostiga, se les insulta, se les menta la madre y si pueden los asustan tirándoles cosas".
El matoncito que soltó esta arenga se llama Jorge 'Coqui' Gonzales y conduce el segmento deportivo en N, canal tan comedido --a veces, demasiado-- en todo lo demás.
El crispado muchachón se indignó al ver a los hinchas peruanos saludar al legendario River Plate a su llegada al aeropuerto y quería dejar sentada su viril manera de ver las cosas. Caray, yo que saludaría ese gesto que privilegia la afición al deporte y a sus estrellas por encima de la violencia competitiva, de las rasgaduras de camiseta, de las razzias callejeras de las barras bravas; y este bravuconcito que me sale con un llamado a las armas.
No entiendo qué hace en N este cruce de 'Misterio' con tigrillo del cable. Lo he visto pocas veces y, aunque no soy afecto al comentario deportivo, me atrevo a decir que lo he oído menos técnico y más arbitrario que otros, que su antecesor de N Phillip Butters, que Eddie Fleischmann, que el mismo Gonzalo Núñez, que docto no es, sosteniendo con gestos lo que no puede sostener con argumentos, rompiendo papeles , invocando pasiones atávicas. Que 'El Veco' le jale las orejas y le dé un tas tas.
Hay que decirle a este palomilla de set que la violencia de la hinchada es, sabes hijito, un serio problema que preocupa a la sociedad, a la FPF, al IPD, a tu familia y a tu canal. Así que relájate, reubícate y no vuelvas a reclamar abucheos y lapidaciones en una tribuna pública.
Este gazapo del torpe Gonzales salpica a todo el fútbol en TV. Aunque no he oído a ningún otro comentarista proferir barbaridades semejantes a las de este gallito de pelea de N, tampoco he visto en este canal o en otros una campaña firme y sincera contra la violencia social desatada por el fútbol.
Si las palabras de este chibolo arrebatado no son aclaradas por su canal ni replicadas por sus colegas, voy a pensar que no es un caso excepcional.