“Despacito”, el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, ya es considerada una de las mejores canciones de este milenio por "Rolling Stone".
“Despacito”, el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, ya es considerada una de las mejores canciones de este milenio por "Rolling Stone".
Francisco Melgar Wong

En más de una ocasión, el presidente Trump no ha tenido reparos en mostrar el poco afecto que le tiene al idioma español. Por ello, no deja de resultar paradójico que sean cada vez más las canciones en este idioma que entran al Hot 100 de la revista Billboard. Como ha señalado la propia publicación, en el 2015 tres temas en español entraron a la lista. El 2016 el número se incrementó a cuatro. Pero al finalizar el 2017, ya se habían multiplicado a 19. Y la gran mayoría eran canciones de reguetón. Tengo amigos rockeros, enemigos acérrimos del reguetón, que contemplan este fenómeno con horror. Pero una analogía con el ascenso que el rock 'n' roll tuvo a mediados de los cincuenta podría ayudarnos a explicar esta rareza.

En primer lugar, ambos géneros están basados en un ritmo que es prácticamente su marca de fábrica. En el caso del rock, se trata del backbeat. ¿Recuerdan el conteo que hace Dee Dee antes de empezar las canciones de los Ramones? Ese conteo (One-two-three-four!) marca un compás. Ahora tomen el dos y el cuatro y pongan ahí el golpe más fuerte de la batería. El resultado es el ritmo distintivo del rock 'n' roll, su ‘tensión propulsiva’, según el musicólogo Walter Everett.

En el caso del reguetón, tenemos el dembow, un patrón rítmico proveniente de Jamaica, estilizado en Panamá, pulido en Puerto Rico y diseminado en Nueva York a fines de los noventa. En este caso el golpe fuerte de la batería no ocurre sobre los números explícitos del compás, sino, más bien, entre ellos: pegado al dos y entre el tres y el cuatro. El resultado es un ritmo que los primeros reguetoneros llamaron “bombear” —en alusión al ritmo sexual— y que ahora, siguiendo el nombre de un tema de Shabba Ranks, llamamos así, dembow. En ambos géneros tenemos la intención de provocar un baile que despliegue fuerzas sexuales. Vamos, ¿a qué creen que se refería la palabra rock en un principio? Esta característica, la función de propiciar un baile que libere nuestros impulsos carnales, fue justamente lo que hizo que el rock 'n' roll se expandiera por todo el mundo hace más de 60 años.

Aunque existen importantes diferencias entre las posibilidades del backbeat y del dembow, el reguetón está pasando por un proceso parecido al que el rock 'n' roll siguió a mediados del siglo pasado, como también lo hicieron el mambo y el twist. Se trata de una música que, en cuestión de meses, pasó de ser un género regional a convertirse en un boom transnacional impulsado por la industria. El detalle, en este caso, es que los Estados Unidos cuentan, además, con 57 millones de hablantes de español. Para ponerlo en perspectiva: en el Perú somos solo 30 millones de habitantes. Entonces, si se combina la identificación lingüística con el poder pancultural de un ritmo que apela a nuestras pulsiones básicas, lo que tenemos entre manos es una bomba. Y eso es justamente lo que las listas de Billboard están empezando a mostrar.

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Pero hay un factor que falta en nuestra ecuación. El reguetón no ha aparecido en los Estados Unidos el año pasado. Shakira tuvo el primer éxito crossover el 2005, con “La tortura”, y, ese mismo año, “Gasolina” llegó al puesto 31 del Hot 100. Entonces, ¿por qué las listas han tardado tanto en mostrar su presencia? La respuesta está en la combinación de dos variables: primero, los últimos años han sido un período en el que Billboard ha redefinido su modo de contabilizar el Hot 100, incluyendo por primera vez los streaming de videos en YouTube y los audios en Spotify; en segundo lugar, año tras año Spotify ha ido multiplicado su número de suscriptores. Por ello, lo que Billboard contabiliza ahora representa mejor aquello que la mayoría de estadounidenses está escuchando.

El resultado de todos estos cambios ha sido la aparición de un número considerable de canciones de reguetón en español en el Hot 100. De hecho: el año pasado, “Despacito” —el megaéxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee— estuvo varias semanas en el puesto 1 y hoy ya es considerada una de las mejores canciones del nuevo milenio por la revista Rolling Stone. No debería verse como una mera casualidad que cantantes latinos de alcance masivo, como Enrique Iglesias, Shakira y el propio Fonsi estén grabando temas de reguetón y metiéndolas en el Hot 100 como si fueran disparadas por Harry Kane. Detrás de este fenómeno hay un cambio gigantesco en la forma de liderar las listas estadounidenses: si antes estos artistas cantaban en inglés para entrar a ese mercado, hoy ya no lo necesitan. Simplemente lo hacen en español.

En este punto vale la pena recordar un video que apareció hace tres semanas, en el que un ciudadano estadounidense amenazaba a una mujer que llevaba puesta una camiseta con la bandera de Puerto Rico. “No puedes llevar esa camiseta”, decía el hombre, usando un lenguaje prescriptivo digno de Trump. “Estos son los Estados Unidos”. En ese mismo instante, el primer lugar en la lista de las canciones más populares de ese país lo ocupaba “I Like It”, una canción cantada en inglés y en español por una rapera del Bronx, Cardi B, y dos reguetoneros nacidos en Puerto Rico: Bad Bunny y Daddy Yankee.

Sí, el hombre tenía razón, esos son los Estados Unidos. Solo que él parece haber perdido la capacidad de verlos. Y escucharlos.

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