Enrique Planas

Se trata de una historia de sintonías, coincidencias y casualidades. La curadora de arte HeeJung viajó el año pasado a Latinoamérica, con el Perú, Argentina y Brasil como destinos. Su propósito: descubrir los nombre mayores de la fotografía contemporánea de la región. En nuestro país, en una experiencia que ella define como “cálida, acogedora y con gran fuerza”, su visita coincidió con la gran retrospectiva del artista en el Icpna. Titulada “Ver por contacto”, la exposición curada por Alejandro León Cannock reunía la totalidad de los territorios que el artista había investigado en los últimos 10 años, sus monumentales “fotogramas” dedicados a la Amazonía, a las costas del Pacífico y a los Andes.

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La curadora quedó impresionada por las dimensiones de su obra. Tras conocer al artista, el contacto se fortaleció. Meses después, lo convoco a una exposición colectiva de creadores latinoamericanos organizada por el Festival Internacional de Fotografía de DongGang, ciudad al norte de Seúl. La conexión de la muestra con el público coreano fue notable. A partir de entonces, el proyecto de presentar una individual del fotógrafo limeño se convirtió en una misión para HeeJung.

Una misión resuelta con éxito: “A sombre aspect”, título de la primera retrospectiva de Huarcaya en Asia, fue inaugurada el pasado 27 de marzo, con presencia del artista. Hasta el 16 de mayo, la muestra se despliega (nunca mejor dicho) en la céntrica galería de la Fundación Corea, en la capital del país. “Esta exposición es muy importante para satisfacer la demanda del público coreano por conocer a los fotógrafos más destacados de América Latina”, explica la curadora.

A sombre aspect” es el título de la ambiciosa retrospectiva del fotógrafo peruano que acaba de inaugurarse en la Galería de la Fundación Corea, en Seúl.
A sombre aspect” es el título de la ambiciosa retrospectiva del fotógrafo peruano que acaba de inaugurarse en la Galería de la Fundación Corea, en Seúl.

La Fundación Corea, institución dependiente de la cancillería coreana, activa desde 1991, se dedica a la promoción de actividades académicas, culturales y de cooperación. Aunque su sede central se encuentra en la isla de Jeju, su imponente galería de arte se ubica en el centro de Seúl. Cada año, alrededor de veinte propuestas de diferentes países solicitan espacio para exposiciones, de las cuales solo se seleccionan tres. Un dato que, para Paul Duclós, embajador peruano en este país, merece destacarse. “Nos sentimos realmente honrados de presentar, por primera vez en Corea, una muestra de tal nivel”, afirma el diplomático.

Para la curadora HeeJung, quien ha investigado los casi 40 años de la obra de Huarcaya, existe una profunda conexión espiritual con el trabajo del fotógrafo peruano. “Encuentro en su obra una serie de capas que la convierten en algo más que un paisaje o imágenes rituales. Estas capas de contención en las imágenes detonan sentidos más profundos, que conectan con públicos de todo tipo.

Un rollo que nos une

Es curioso que un país como Corea, donde las tecnologías digitales y la inteligencia artificial impulsan las nuevas tendencias del arte, convoque tanta atención un trabajo profundamente analógico, que remite a los inicios de la fotografía. Se trata, básicamente, de imágenes realizadas con papel fotosensible y una proyección aleatoria de luz, que nos conectan con las tradiciones peruanas y, al mismo tiempo, con una idea de la monumentalidad creativa. Estoy segura de que esto cautivará a los visitantes, generando reflexión e introspección.

La curadora también encuentra en la obra de Huarcaya un gesto político, una intención de ir a contracorriente de la producción actual, que repite imágenes hasta el infinito. Aquí se trata de regresar a la imagen única, al objeto, al valor de lo tangible, de lo analógico", señala.

Auspiciada por el Patronato Cultural del Perú, la muestra les recuerda a los locales la gran tradición asiática del dibujo de paisajes.
Auspiciada por el Patronato Cultural del Perú, la muestra les recuerda a los locales la gran tradición asiática del dibujo de paisajes.

Asimismo, para HeeJung, más allá del ruido contemporáneo, existe una sintonía silenciosa entre estas imágenes analógicas sobre papel y la poesía china. Más específicamente, con la pintura de paisaje conocida como Shan shui (montaña y agua), el tema más elevado, difundido y apreciado del arte tradicional chino, que busca expresar los sentimientos, las ideas y la concepción espiritual del artista, en lugar de reproducir fielmente la naturaleza. “Ciertamente, hay una conexión entre estos grandes paisajes y los rollos de paisajes chinos realizados con tinta. Tiene que ver con los grandes formatos, pero también con la profundidad espiritual que los hace trascender. No hablamos de influencia, sino de tradiciones que coinciden de forma personal. Es una forma similar de entender el mundo. Efectivamente, la obra de Roberto se vincula con las raíces del arte asiático, tanto de la caligrafía china como de los cuadros de gran escala. Encuentro coincidencias y paralelismos en ambos”, explica. Por cierto, el público que ha participado en las visitas guiadas por el artista, ha señalado lo mismo.

A propósito, para Huarcaya, hablar de estos vínculos entre su trabajo y las tradiciones orientales no es forzado, sino una sensación que ya había experimentado en ferias en Europa y Estados Unidos, donde el público oriental muestra una particular atención a su obra. Por eso, para el artista, la naturaleza del rollo de papel representa una gran coincidencia. “Todo mi trabajo actual se basa en grandes papiros, grandes rollos que se abren. Creo que hay puntos de encuentro más grandes y sólidos de lo que parece a simple vista. Dos tradiciones tan distantes espacialmente se encuentran en una historia subyacente. De alguna forma, yo ya intuía que algo estaba sucediendo entre estos códigos de lenguaje más complejos, que comunicaban cosas ajenas a la mirada del público occidental”, explica.

Abriendo camino

Huarcaya no solo se encuentra actualmente en Corea para presentar su exposición, sino también, por iniciativa de la embajada peruana y del Patronato Cultural del Perú, para fortalecer vínculos con instituciones y espacios culturales del país. Para ello, se han organizado eventos de promoción y vinculación, incluyendo la inauguración de la exposición (que contó con la presencia de autoridades coreanas y del cuerpo diplomático peruano, así como de directores de museos locales), conversatorios abiertos al público y visitas a instituciones afines. “La idea es establecer conexiones para futuros eventos y nuevas presentaciones de otros artistas peruanos”, señaló el embajador Duclós. “Este es un primer puente, y entendemos que los primeros pasos son los más difíciles. Sin embargo, confiamos en abrir el camino para otros artistas jóvenes”, afirma."