El arte de Francesco Mariotti y María Luy se exhibe entre el MAC de Barranco y el MALI.
El arte de Francesco Mariotti y María Luy se exhibe entre el MAC de Barranco y el MALI.

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Francesco Mariotti y María Luy: la pareja que desafió las Bellas Artes y se convirtió en pionera al unir vanguardia con cultura popular
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Francesco Mariotti y María Luy: la pareja que desafió las Bellas Artes y se convirtió en pionera al unir vanguardia con cultura popular

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Se conocieron a inicios de los años 70. Él era un artista nacido en Berna, Suiza, en 1943, que regresaba al Perú luego de participar en la célebre Documenta 4 de Kassel y en la Bienal de Sao Paulo. Aquí, buscaba acercar el arte a los espacios públicos de Lima, objetivo que se materializó en julio de 1971, cuando a partir de una convocatoria abierta, logró sacar adelante, junto con Luis Arias Vera, el festival Contacta 71, en el Parque Neptuno. Y ella era una joven estudiante de la , nacida en Puerto Maldonado en 1950, quien, contra la opinión de sus profesores, se había involucrado en esta movida setentera, con una obra hecha en colaboración con el artista .

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y pronto se hicieron amigos. Se enamoraron y juntos, al año siguiente, organizaron Contacta 72, en el Parque de la Reserva, evento al que asistieron cerca de 250 mil visitantes. Luego —ya casados— se instalaron en el Cusco. Esta vida frenética, de compromiso social y artístico, los llevó a promover en esta ciudad nuevos festivales en 1972 y 1974. De vuelta en Lima, realizaron el recordado Contacta 79, en el Parque Municipal de Barranco, y un año después, con otros jóvenes artistas (Juan Javier Salazar, Charo Noriega, Armando Williams, Mariella Zevallos, Herbert Rodríguez) formaron parte del mítico . Entonces, Francesco y María entablarían un diálogo con la cultura popular, con obras surgidas a partir del uso de material reciclado. La instalación más emblemática del grupo —idea de María— fue la Sarita Colonia creada a partir de 12 mil latas de leche pintadas, en el kilómetro 54 de la Panamericana Sur.

María Luy en la librería El Cóndor, en Suiza, a inicios de los noventa.
María Luy en la librería El Cóndor, en Suiza, a inicios de los noventa.

Meses después, la pareja dejaría el Perú para radicar en Suiza. En el viejo continente, surgirán en María Luy nuevas obras sobre lo femenino y experiencias en la gestión cultural en la librería El Cóndor, así como exploraciones de Mariotti con el uso de materiales industriales, circuitos y objetos lumínicos y con la figura de la luciérnaga, un animal que siempre lo fascinó. Esto le permitió crear piezas escultóricas e instalaciones en los que su cruzan tecnología, naturaleza y ecología.

Todo este trasiego entre el Perú y Europa les permitió a ambos artistas acumular un ingente archivo de serigrafías, documentos, bocetos, fotografías, objetos, obras artísticas, instalaciones, revistas, películas, etcétera, que data desde la mitad de los años 60, desde la época en que Mariotti estudiaba en la Universidad de Bellas Artes de Hamburgo. De este inmenso repositorio, se han seleccionado cerca de 300 piezas que pueden verse ahora desplegadas en 11 secciones en cuatro salas —dos en el y dos en el —, bajo el título de “El pensamiento es un jardín híbrido. El archivo Mariotti-Luy” (1964-2024).

Diseño para la muestra "Mariotti" en el Gabinete para Arte Actual en Bremerhaven, 1968.
Diseño para la muestra "Mariotti" en el Gabinete para Arte Actual en Bremerhaven, 1968.

La animada vida de los objetos

Organizar un archivo tan inmenso no ha sido tarea fácil. A los curadores Miguel López y José Carlos Mariátegui les ha tomado varios años preparar esta exposición, cuya idea inicial surgió en 2009 cuando López fue invitado a organizar una exposición en Alemania sobre prácticas artísticas experimentales en América del Sur y Europa del Este, entre las décadas de 1960 y 1980. En ese momento, conversó con Mariotti y Luy sobre la posibilidad de mostrar los miles de documentos que habían ido acumulando a lo largo del tiempo. Con los años, se materializó el apoyo de la Red Conceptualismos del Sur y del Museo Reina Sofía para que este ingente archivo pueda venir desde Suiza, en diferentes etapas, al Museo de Arte de Lima, y pueda realizarse un proceso de catalogación y digitalización del mismo.

Francesco Mariotti en pleno proceso de grabado en los años ochenta.
Francesco Mariotti en pleno proceso de grabado en los años ochenta.

“La idea de desplegar este archivo es, por un lado, ponerlo en valor, decir que ahora está en la biblioteca del MALI y está abierto a la consulta pública de investigadores, antropólogos, sociólogos, activistas y artistas, y por otro lado es también una oportunidad para mirar distintos momentos de transformaciones en el arte de los años 60, 70, 80, 90, cada uno de ellos detonando rupturas en la manera de entender y pensar la práctica artística”, dice Miguel López.

En ese sentido, destaca que la exposición acompaña los itinerarios creativos y vitales de ambos artistas. “Hay momentos que están anclados en episodios concretos —comenta López—, por ejemplo, la participación de Mariotti en Documenta 4, y hay otros en los cuales se refleja la experimentación temática como el trabajo de las tecnoesculturas que Mariotti inició en los años 80, un proyecto que no está anclado en el tiempo, porque es algo que él continúa realizando hasta hoy”.

A partir de los ochenta, Mariotti desarrolló una obra basada en materiales industriales y circuitos.
A partir de los ochenta, Mariotti desarrolló una obra basada en materiales industriales y circuitos.

En las dos salas del MALI pueden verse siete secciones que se inician con la etapa de Mariotti como estudiante en Hamburgo y continúan con la repercusión de sus obras en la Documenta 4, en 1968, y en la Bienal de Sao Paulo, de 1969. Luego, la etapa de los festivales autogestionarios en Lima y Cusco, de EPS Huayco, con la presencia vital de María Luy, y una de sus serigrafías más representativas como “Oh, cultura”. Posteriormente, se muestran las tecnoesculturas de Mariotti, sus circuitos lumínicos y la representación de las luciérnagas, esos insectos claves para preservación del medio ambiente.

El arte colaborativo

“Lo que mostramos es apenas un cinco por ciento del inmenso archivo Mariotti-Luy”, dice José Carlos Mariátegui, al ingreso de las dos salas dedicadas a este acervo en el Museo de Arte Contemporáneo de Barranco. “Lo que hicimos aquí fue exhibir la obra reproducible de Mariotti, desde pequeños prototipos y objetos seriados que él pudo comercializar en su momento y le permitió financiar sus proyectos más grandes”, cuenta el curador.

Aquí pueden verse sus colaboraciones con gestores como Rinaldo Bianda, de la Galleria Flaviana, con quien realizó el célebre Festival de Videoarte de Locarno, en Suiza; o su trabajo con el alemán Klaus Geldmacher, con quien diseñó el famoso cubo de luces de la Documenta 4 y desarrolló en las décadas siguientes el proyecto Lucciola (luciérnaga, en italiano), una de las propuestas artísticas más sostenidas de Mariotti.

En ese aspecto, Mariátegui destaca los llamados ‘jardines híbridos’, zonas abandonadas o descuidadas intervenidas por Mariotti con pequeñas luces LED que atraen la atención de las luciérnagas. “Si las condiciones están dadas —cuenta Mariátegui— las luciérnagas se quedan a vivir ahí y renaturalizan el lugar. Pero ‘lucciola’, en italiano, también se utiliza para definir a la trabajadora sexual, entonces en esta palabra hay como un doble juego entre algo que genera luz y vida, pero también algo que puede ser visto como marginal. Mariotti y Geldmacher escribieron al respecto un manifiesto en 1993”.

De Francesco Mariotti, "Los goces que ellas  conciben", de su serie "Ino Moxo".
De Francesco Mariotti, "Los goces que ellas conciben", de su serie "Ino Moxo".

La exhibición en el MAC se completa con videografías e instalaciones recientes como “Saweto / Fireflies Memorial”, las ilustraciones del libro Las tres mitades de Ino Moxo, y el trabajo de María Luy a partir de su interés por temas referidos a la infancia y el género (destaca su pieza Útero) y su gran papel como gestora de una librería en español en Zúrich.

Como comenta Mariátegui, entre el MALI y el MAC, hay más de 1 200 metros cuadrados de obras, objetos y documentos, en los que las vidas de ambos artistas se convierten también en un inacabable viaje por los caminos y rupturas del arte contemporáneo.

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El pensamiento es un jardín híbrido. El archivo Mariotti-Luy (1964-2024) se puede visitar en dos sedes: Museo de Arte Contemporáneo (av. Grau 1511, Barranco) hasta el 19 de abril de 2026 y en el Museo de Arte de Lima (Parque de la Exposición) hasta el 26 de abril de 2026.

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